La jugadora del Santiago Futsal Itzel Cruz reaparece tras su grave atropello: «No hay nada que no se pueda vencer»

La Voz XURXO MELCHOR / SANTIAGO

SANTIAGO CIUDAD

Sandra Alonso

Agradece el apoyo de toda la ciudad, el trabajo del personal del Hospital Clínico y que su equipo haya estado todo el tiempo a su lado como una «segunda familia»

01 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Emocionada, agradecida, determinada al triunfo, convencida de la victoria, optimista, centrada y con muchas ganas de demostrarle a todo Santiago que el cariño recibido ha sido el mejor de los remedios en su recuperación. Así compareció ayer Itzel Cruz en su primera aparición pública desde que el pasado 8 de enero un coche la atropelló en el paso de peatones situado en la confluencia de las avenidas de Romero Donallo y Vilagarcía. La jugadora mexicana del Santiago Futsal sufrió heridas tan graves que ingresó en el Hospital Clínico en estado crítico y con la vida en juego. Su fortaleza y tesón y el buen hacer de los médicos le han hecho ganar el que sin duda ha sido su partido más épico. «Me da un gusto muy grande ser un ejemplo de su buen trabajo, gracias a ellos estoy aquí», señaló flanqueada por buena parte del personal del centro compostelano que tanto sufrió por ella en aquellas angustiosas horas y cuyos ojos ahora rezuman una inmensa felicidad.

Hace solo una semana que Itzel ha podido empezar su rehabilitación, pero ya empieza a ver los primeros resultados de su esfuerzo. Todavía necesita la silla de ruedas, porque no puede apoyar la pierna izquierda, pero está convencida de que en el plazo de un mes podrá volver a caminar. «Es un proceso lento, pero en el que no está habiendo retrocesos, estoy yendo siempre hacia adelante», destaca.

Aquella fatídica tarde quedó atrapada bajo el coche que la atropelló, lo que agravó sus heridas. Sufrió fracturas serias en la cadera y la pelvis, pero lo peor fue que muchas de sus costillas se rompieron lesionando sus pulmones. «Ahora los tengo muy bien y podré recuperar el cien por cien de mi capacidad pulmonar. No hay nada que no se pueda vencer», afirma.

Además de a todo el equipo médico del Hospital Clínico, Cruz le estará eternamente agradecida a su club, el Santiago Futsal, al que dedicó palabras muy emotivas: «Son como una segunda familia para mí. Han estado en los buenos y en los malos momentos y eso yo no lo voy a olvidar porque gracias a ellos yo nunca me he encontrado sola».

La joven jugadora mexicana de fútbol sala hace extensivo ese sincero agradecimiento a toda la ciudad de Santiago, que contuvo la respiración en las 48 horas en las que más se temió por su vida y que le transmitió múltiples muestra de apoyo y cariño. «La verdad es cuando encendí el móvil diez días después del accidente y vi todo el apoyo que había recibido fue impresionante. Esos momentos los tengo para siempre en mi corazón y si ya quería mucho a Santiago con esto la quiero aún más», relata.

Del atropello prefiere contar más bien poco. Lo recuerda perfectamente, porque no se golpeó la cabeza y fue consciente de cómo fue arrollada por el coche, pero no son recuerdos que quiera evocar. Incluso hasta la voz le tiembla cuando explica cómo se ha sentido las veces que ha tenido que volver a acercarse al paso de peatones. «Está en el camino a casa, pero bueno, en este tiempo salgo poco», señala evasiva.

El futuro

Tampoco se plantea el futuro a largo plazo. Querría volver a México para ver a toda la familia, ya que en Santiago solo ha podido tener a su madre, «pero los médicos aún no me dejan», se lamenta resignada. Su mayor deseo ahora, más que volver a las canchas, es poder reencontrarse con los suyos tras el duro trance que ha vivido. «La familia es muy importante», asegura.

Este domingo hará el saque de honor en el partido que enfrentará al Santiago Futsal masculino con el Barcelona, pero ella sabe que ya no volverá a defender los colores de los compostelanos. «No quiero pensar ahora en si volveré a jugar o cuándo, quiero seguir con la recuperación y volver a México en cuanto que pueda, aunque después volveré a Santiago para defender mi tesis doctoral y volver a encontrarme con toda la gente que me ha arropado», avanza.

Itzel seguirá, por tanto, el primer mandamiento del fútbol, que es ir partido a partido. Su sonrisa indica que está en el buen camino y que más pronto que tarde, cuando el árbitro pite el final, ella habrá vencido a la adversidad. Su éxito es el de muchos. La alegría de su club y de su familia es también la de todos.