La USC suma una veintena de premios para sus profesores e investigadores

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

El capital humano universitario recibió este curso reconocimientos internacionales

21 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los profesores de la Universidade de Santiago se encuentran estos días atareados en la evaluación de sus alumnos, pero en cierto modo, ellos también son examinados en unas fechas en las que se hace balance del trabajo realizado a lo largo del curso 2016-17. Y en lo que se refiere a la calidad docente e investigadora de los recursos humanos de la USC, todo parece indicar que el año se cerrará con nota, porque fueron muchos los premios y menciones del personal universitario compostelano, que alcanzó en más de una ocasión prestigiosas distinciones, algunas de carácter internacional.

El curso empezó con la concesión de la medalla Alfonso X El Sabio al catedrático de Enxeñería Química Alberto Arce Arce y se cierra con el reconocimiento como biólogo del año para Fernando Cobo, lo que ya da una idea de lo fructífera que fue la andadura. Por el camino, Marcelino Agís, profesor de Filosofía, recibió el premio de investigación Concepción Arenal por dos volúmenes en los que recogió su vasta bibliografía; José Luis Lado recibió el premio a la mejor tesis por un estudio sobre las propiedades electrónicas no convencionales del grafeno; el profesor emérito y catedrático José Manuel González fue homenajeado en Cantabria; Joaquín Triñanes, profesor de Electrónica y Computación, recibió un premio por sus estudios sobre los océanos; Miguel López, del CIMUS, fue nombrado mejor endocrinólogo; el catedrático Antonio Mouriño recibió la medalla Félix Serratosa; el matemático Wenceslao González obtuvo una distinción internacional, y el rector, Juan Viaño, fue seleccionado para la prestigiosa galería internacional de matemáticos Arbolmat.

Jóvenes promesas

Todo ello en el ámbito de la docencia, porque la investigación tampoco se quedó al margen de estas plataformas de proyección personal y laboral. Sobre todo, los más jóvenes. Sara González, por ejemplo, elegida por la Real Academia de Ingeniería mejor ingeniera química joven de España. O Matilde Durán y Sofía Mendes, que tuteladas por el departamento de María José Alonso, ganaron el reconocido premio Juzz Mujer por su start-up Sadvia creada en el CIMUS. Y ya en el campo del emprendimiento se hace necesario destacar el buen papel de Adrián Caamaño, Juan Vázquez, Olalla Maroñas y Ana Latorre, creadores de la spin-off Gen DR que fue premiada en la feria Spin2016 por un proyecto de farmacogenética seleccionado entre los 463 trabajos que se presentaron.

Los alumnos también hicieron sus deberes, en ocasiones con resultados dignos de mención. En una universidad que destaca por el importante número de extranjeros que acoge y que exporta, el trabajo de los Erasmus cobra una importancia especial. Este curso, Alejandra Fernández dio proyección al colectivo al obtener el premio a la calidad Erasmus, un reconocimiento a esta trabajadora de la Oficina de Relacións Exteriores de la USC por contar su experiencia tras dos estancias en Europa en solo un año. Tan gratamente sorprendida se quedó como Luis González Toscano, alumno de ADE que creó, con su primo Luis Mosquera Toscano, una liga española en la League of Legends premiada por la Universidad Carlos III de Madrid.

La excelencia

Los más destacados profesores e investigadores de la USC llevan años acumulando reconocimientos, y el curso que ahora finaliza no podía ser menos. A los merecidos galardones que suma la catedrática de Farmacia e Tecnoloxía Farmacéutica de la USC María José Alonso añadió recientemente su ingreso en el Instituto Americano de Ingeniería Médica y Biológica de EE.UU., y la catedrática de Matemáticas Peregrina Quintela fue galardonada con el prestigioso premio María Wonenburguer. A mayores, los matemáticos Juan José Nieto y Rosana Rodríguez figuran entre los autores de artículos más citados en el mundo.

La guinda la puso el premio a la excelencia que obtuvo el Instituto de Física de Altas Tecnologías, cuya acreditación nacional María de Maeztu es, en realidad, un reconocimiento a la labor continuada de varias generaciones que han trabajado en este centro científico de proyección internacional.

El IGFAE obtuvo el primer premio a la excelencia de un centro científico en Galicia