Durante el primer semestre del 2023 se acometerán trabajos definitivos de sellado de la instalación
29 dic 2022 . Actualizado a las 22:51 h.La empresa Sertego, titular y gestora del vertedero de Grixoa Miramontes, en Santiago, dejará de recibir residuos desde mañana jueves, día 29 de diciembre, fecha en que cesará su actividad como instalación receptora. Finaliza así su vida útil, dando cumplimiento a los plazos trasladados tanto a la administración local como a la autonómica en conversaciones mantenidas en el primer semestre del actual ejercicio. Para realizar el cierre con todas las garantías, en los últimos dos meses se han ido admitiendo solo las cantidades necesarias para alcanzar las cotas que permitiesen un sellado correcto.
Durante el primer semestre del 2023 se acometerán los trabajos definitivos de sellado para los que, desde Sertego, se han ido adelantando todas las tramitaciones con el objetivo de acelerar los plazos lo máximo posible, y «el proyecto ya cuenta con el visto bueno de la autoridad ambiental competente», indican desde la firma. El plazo de ejecución previsto para el sellado y restauración es de diez meses, ya que en cada una de las fases son necesarios tiempos de estabilización de los terrenos: «Tal y como consta en el plan de restauración, se desplegará una lámina con más de 40.000 metros cuadrados de cubierta vegetal. Sera desarrollada de manera secuencial, esperando poder disponer de la superficie del vertedero totalmente restaurada en el verano del 2023».
El sellado incluye la dotación de una capa de tierra del espesor suficiente para regularizar el área. Una vez realizado este proceso, se generará la superficie adecuada para albergar los materiales geosintéticos que constituirán la barrera impermeabilizante que garantizará el confinamiento definitivo y seguro de la masa de residuos. Una vez asentada esa fase, se iniciará un proceso de cubierta vegetal de forma ecológica y rápida que evite daños al paquete de sellado. Se sembrarán entonces especies herbáceas autóctonas, tanto gramíneas como leguminosas, que aseguren una primera colonización del espacio restaurado y permita en poco tiempo el desarrollo de otras especies herbáceas y arbustivas autóctonas, de modo que lo que quede sea un manto verde sostenible que desarrolle un área vegetal.