El juzgado de Ordes concluyó la instrucción por el vertido de purín en Trazo al río Tambre hace ahora dos años

Olimpio Pelayo Arca Camba
O. P. Arca SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Sandra Alonso

La jueza debe decidir ahora si va a juicio o se sobresee, en cuyo caso Augas de Galicia podría reactivar su expediente sancionador

08 sep 2023 . Actualizado a las 05:05 h.

Mañana, 9 de septiembre, se cumplen dos años del vertido de purín que llegó desde una explotación ganadera de Trazo al río Tambre, comprometiendo el abastecimiento de agua potable de Santiago, ya que el bombeo situado aguas abajo del punto de vertido llegó a paralizarse. Dos años después, las consecuencias judiciales o administrativas para el titular de la granja no han llegado. La gravedad del vertido motivó que el caso pasase al juzgado de instrucción número 2 de Ordes. Fuentes judiciales confirmaron ayer que ese juzgado concluyó la instrucción del caso, tras haberse practicado todas las diligencias que su titular consideró oportunas de cara al esclarecimiento de lo sucedido.

El siguiente paso será que la jueza dicte el correspondiente auto de transformación en procedimiento abreviado, lo que supondrá la celebración del juicio al apreciar indicios de delito, o bien su sobreseimiento. En cualquier caso, las partes podrán recurrir el auto, y existe la posibilidad de que soliciten la práctica de nuevas diligencias. Es un marco judicial que alargará todavía durante meses una resolución judicial sobre el suceso que hace ya 24 meses mantuvo en vilo a la población de Santiago y de municipios próximos como Ames por las consecuencias del vertido.

En el ámbito administrativo, tampoco la llegada de 200.000 litros de purín al cauce fluvial ha tenido consecuencias efectivas hasta la fecha. ¿Por qué? Porque el expediente sancionador abierto en su día por Augas de Galicia a la explotación ganadera está en suspenso. Es la forma de actuar cuando la cuestión de que se trata salta a la vía judicial: se paraliza hasta que se dicta una sentencia al respecto. Desde la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade entienden que, en caso de la que resolución judicial sea condenatoria, debería recoger entre otras cuestiones el pago por parte del propietario de la explotación de los gastos que supuso para Augas de Galicia afrontar las consecuencias del vertido en septiembre del 2021 para intentar reducir en lo posible su impacto ambiental.

Fueron unas labores que se prolongaron durante varios días, con la contratación de una empresa especializada que destinó al vertido cinco operarios, para la limpieza de la zona, en la que colaboraron además de forma directa tanto el titular de la granja como numerosos ganaderos de la zona, aportando su maquinaria y material para absorber el máximo de purín y evitar que llegase a las aguas.

Escenarios posibles

Si por el contrario la resolución judicial fuese absolutoria, o bien se decretase el sobreseimiento, Augas de Galicia podría decidir seguir adelante con la tramitación del expediente sancionador abierto en su día. Sería una vía para intentar que el daño ecológico causado por el vertido se quedase sin consecuencias reales, si bien desde el propio organismo entienden que esta alternativa tendría difícil prosperar. Y es que en ese caso el propietario de la explotación de la que salió el purín podría presentar un recurso, basándose en que en la vía judicial alcanzó una sentencia absolutoria.

Son los escenarios que se plantean para la finalización del grave vertido de purín de Trazo, que dos años después continúa sin ser un caso cerrado.

Una riada de 200.000 litros salida de la balsa de una granja de vacas

El vertido detectado al atardecer del 9 septiembre del 2021 fue una riada de 200.000 litros de purín que salieron de la balsa de una explotación ganadera de Vilar, en el municipio de Trazo. Los residuos llegaron al regato Portaferreiros, situado al fondo del maizal contiguo a la estructura, tiñendo de marrón su cauce, que desemboca a unos kilómetros en el Tambre, en Vilouchada. Dan fe de la contaminación registrada los análisis de agua realizados al día siguiente ya no en el regato, sino en el propio río Tambre: el amonio llegó a 6 miligramos por litro, cuando su límite es de 0,5.

La clave era determinar durante cuánto tiempo estuvo saliendo el purín de la granja antes de darse aviso de la fuga. Cuando el personal técnico del plan de vertidos de Augas de Galicia se personó en el punto, decidió habilitar una zanja para evitar la llegada de más purín a un cauce ya muy afectados. En los días siguientes se retiraron del Portaferreiros alrededor de 50 metros cúbicos de material, y también una mezcla de purín, maíz triturado y tierra del maizal de 1,5 hectáreas de superficie situado a la salida de la balsa: fue providencial para retener parte del purín.

La captación del Tambre tuvo que parar la noche del 10 de septiembre, y el sábado 11 llegaron a Santiago camiones cisterna ante el anuncio de cortes de suministro que no llegaron a realizarse.