Los baches que vuelven una y otra vez

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Varios puntos de la red viaria requieren inversión tras varios meses de lluvia

07 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Los más de 2.000 litros por metro cuadrado recogidos en Santiago durante el 2023 y los muchos que siguen cayendo en estos primeros días del 2024 son, en gran parte, responsables del mal estado en el que se encuentran varias calles y avenidas de Compostela y también de carreteras de otros municipios del área. A las intensas lluvias se le puede achacar el empeoramiento del estado del pavimento y la dificultad para afrontar un arreglo con garantías de duración. El concejal de Obras, Xesús Domínguez, indica que, mientras sigan la precipitaciones, solo se podrán hacer «obras de emerxencia con formigón». Porque los planes de acondicionamiento tendrán que ejecutarse con suelo seco. «Non queda outra», asume.

Un repaso rápido por las principales arterias de la ciudad permite comprobar que prácticamente solo se libran de los baches los tramos recientemente reformados de la rúa Rodríguez de Viguri y avenida de Lugo. Sin duda, podría recuperarse la campaña «Apadrina un bache», que tan acertadamente promovió el periodista Nacho Mirás allá por el año 2010 y recuperó en el 2012, para posteriormente ser retomada por otros en el 2019.

Gran parte de los boquetes en la calzada que desquician a los conductores fueron reparados y rebacheados en varias ocasiones, pero resurgen para desesperación de ciudadanos y técnicos. Domínguez reconoce que es necesaria una intervención que implique profundizar en el pavimento para tener garantías de que esas deficiencias son eliminadas de forma definitiva.

Entre las calles que están en peor estado destacan los accesos a Santiago desde O Milladoiro, donde los conductores no pueden evitar caer en los baches del carril de incorporación hacia Antón Fraguas. Otro punto conflictivo se localiza en la avenida Cruceiro da Coruña, concretamente en el tramo comprendido entre las dos estaciones de servicio, donde los coches circulan por la izquierda para esquivar baches en sentido ascendente. Hasta hace solo unos días, un enorme y profundo agujero recibía a los coches en los carriles centrales de esta avenida en dirección descendente. Su tamaño llamó la atención de la brigada municipal de obras, que colocó un cono a modo de alerta dentro del agujero, rebacheado finalmente el pasado miércoles. El calvario del Cruceiro da Coruña sigue en dirección al Polígono do Tambre, a cuya red viaria regresaron los baches, reparados hace unas semanas.

La rúa Entrerríos es un ejemplo de calle adoquinada destrozada, como lo son también Os Loureiros, Bonaval, do Medio y, entre otras, Costa de San Domingos y Tras Santa Clara. Cerca de aquí, en la rúa Aller Ulloa, volvió a salir uno de los baches que trae de cabeza a los operarios de la brigada municipal, y en la curva de la Costa das Rodas, el pavimento ligeramente hundido anuncia la vuelta de otra fochanca histórica.

Sin dejar de mencionar el nefasto estado en el que se encuentran, casi en su totalidad, el Campus Vida, cabe destacar el deterioro que presenta la avenida da Coruña en su confluencia con Rosalía de Castro. Ahí no será suficiente con echar algo de hormigón o asfalto, porque, además de bache, hay hundimiento de la calzada. Y en el Campus Norte, a lo largo de toda la rúa Burgo das Nacións, son numerosos los baches. Los más llamativos están en el tramo más próximo a la avenida Castelao, que también recuperó algunos de sus huecos históricos. Una rúa especialmente dañada, en este caso, por el incremento del tráfico es la de A Estila.