«Sempre fun medio trallas, e así acabei como o demo do entroido de Reis»

Emma araújo SANTIAGO / LA VOZ

TEO

XOAN A. SOLER

Su personaje es un elemento diferenciador del carnaval del Ulla en Teo

25 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Santiago Miguélez Buján tiene 33 años pero guarda inalterable esa mirada de pillo que desde hace seis años esconde bajo la máscara del demo de Reis, una figura especial del Entroido da Ulla de esta parroquia teense. Tan particular vestimenta recuerda, y mucho, a la mítica figura del Chewbacca de La guerra de las galaxias, aunque este demonio guarda, y no precisamente en la manga, un as cuya irreverencia fálica tiene mucho que ver con la fiesta transgresora que precede a la Cuaresma.

La historia del demo de Reis no es tan antigua como la del Entroido da Ulla, que surgió como burla ante la invasión de las tropas francesas, pero ancestralmente tiene relación con otros personajes como el boteiro de Viana do Bolo y el oso de Pobra do Brollón. El demonio anterior colgó tan particular hábito por cosas de la edad y la salud y Santiago Miguélez recogió el testigo. «O primeiro ano saín un pouco asustado», recuerda, pero con el paso del tiempo y por aquello de que el hábito hace al monje, ha perdido miedo escénico y durante los dos días de la fiesta los disfruta especialmente. A la pregunta de si el demo de Reis nace o se hace, este teense reconoce que la fiesta ya corría por sus venas. «Eu de pequeno xa era un trallas, e sempre participei no carnaval, primeiro no coro de bonitos, e así acabei como o demo do entroido de Reis».

Ejercer este papel requiere mucho más que ganas de fiesta, ya que, explica, «para non acabar deshidratado teño que ter coidado e tomar bebidas isotónicas e auga, porque co que pesa o traxe, ca calor que dá, súas moito, e iso si que é un perigo». Pero no solo se alimenta de vitaminas y minerales durante la faena, que suele comenzar pasadas la once de la mañana y no termina hasta que los xenerais da Ulla culminan sus atranques. La prueba de que este demonio hace honor a su nombre y al «trallas» que lleva dentro está en que el pasado fin de semana, una vez terminado el carnaval, Santiago se quitó el traje y al día siguiente no tenía muy claro dónde lo había dejado. «Ao final estaba ben gardado», añade en su defensa.

Con semejante vestimenta su capacidad de movimiento se ve reducida, por eso tiene a su entera disposición una de las carrozas de la comitiva del Entroido da Ulla y también goza de los servicios de lo que el protocolo definiría como un asistente. El suyo se llama Luis de Castro, un vecino de la parroquia que, destaca, «coida moito de min»

Tras seis años enfundado en este pesado traje, que le hicieron a medida cuando recogió este testigo endemoniado, Santiago no tiene duda de que seguirá siendo el demo de Reis «ata que o corpo me dea». Por este motivo su personaje se va puliendo de año en año, adaptándose a su sentido del humor y a la complicidad que su envergadura, pelambrera y aterradora careta despierta entre sus vecinos. «Os homes téñenme máis medo que as mulleres», resalta. En cuanto a los niños, el susto solo es en el primer momento, porque todo personaje peludo resulta entrañable. Tanto es así que entre el vecindario de Teo que disfruta habitualmente del entroido y de este personaje que solo sale en Reis está calando la teoría de que de un tiempo a esta parte, la vena transgresora «do pau do demo de Reis» no está tran presente.

La costumbre que Santiago quiere recuperar es la de despedir al demo de Reis y con él al Entroido da Ulla de su parroquia con una salva de petardos, una costumbre que se ha perdido pero posiblemente regrese, eso sí, con la preceptivas medidas de seguridad, para que el fin de fiesta no tenga ningún pero.

El artista. Santiago Miguélez Buján representa al demo de Reis desde hace seis años y confía en seguir haciéndolo durante muchos más.

El demo . Este personaje solo sale en el entroido de Reis, pero en carnavales tradicionales de Ourense participan figuras similares e igualmente transgresoras.