La AP-53 no convence en Santiago

Emma Araújo / edith filgueira SANTIAGO, OURENSE / LA VOZ

VEDRA

PACO RODRÍGUEZ

Los conductores siguen prefiriendo la N-525 para esquivar el peaje de la AP-53 hasta Silleda. Pero el tráfico de la nacional sí cayó donde la alternativa es una autovía libre

23 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Un simple cambio de letra puede marcar una diferencia infinita. Que se lo digan a los conductores que viajan entre Santiago y Ourense, que pueden utilizar la nacional 525 y la vía de alta capacidad, el trazado que da continuidad a la autopista desde Lalín y que cumple ocho años el martes. Y es que el tramo hasta la capital del Deza (AP-53) es una autopista de pago, mientras que el resto del trayecto entre Lalín a Ourense está libre de peaje y se denomina AG-53. Y esta diferencia es la que marca el volumen de tráfico de las dos vías y las valoraciones de los usuarios.

En la soleada tarde de ayer, pasadas las 19 horas, la densidad circulatoria de la N-525 a su paso por Lestedo, principal núcleo de población de la nacional entre Santiago y el peaje de Silleda, probaba por qué vecinos y visitantes no perciben cambios en el tráfico desde que abrió la AP-53.

En una de las terrazas cercanas a la carretera, David Soares Pinto disfruta del fin de semana con su familia. Llegó desde Lalín y lo hizo «pola nacional de sempre», una costumbre que mantiene «salvo por unha urxencia», y eso que su herramienta de trabajo es un camión y no le gusta perder tiempo al volante. «Neste tramo de autopista aforras, como moito, dez minutos, porque gastas mais combustible e logo hai que pagar unha peaxe que para os camións é o dobre», explica. Su teoría, sostiene, la comparten muchos vecinos de Lalín, que viven en un punto intermedio.

Sin salir de Lestedo, Miguel Pereiras Millán calca su argumento. Vive junto a la carretera y explica que «cando chegan as cinco da mañá moitas veces esperto polo tráfico de camións que pasan pola nacional, e que non entran na autopista por non ter que pagar». En ocasiones, añade, pierde más tiempo en salir de su casa y acceder a la carretera que en llegar a su puesto de trabajo.

En el café Lago, de Silleda, tienen una opinión similar. María del Carmen Villar, que lleva 40 años trabajando en él destaca que «por aquí siguen pasando los mismos camiones y el volumen de tráfico es el mismo».

Silleda, opción intermedia

Y también hay quien no lo tiene nada claro. Como María Rodríguez, que regenta el Hotel Restaurante América en A Estrada. «Nosotros teníamos el hotel mucho antes de que se construyese la autopista, desde hace unos 20 años, y con el restaurante llevamos. Y quizás sí lo notamos en la cantidad de camioneros y gentes de paso, pero en las reservas del hotel no mucho», asegura.

Para muchos compostelanos hay una solución intermedia para viajar entre ambas ciudades y es tomar como referencia el peaje de Silleda, ya que supone un ahorro en un viaje de ida y vuelta de prácticamente seis euros, un importe nada baladí para los habituales de esta ruta, que ni de lejos tiene el volumen de tráfico de su saturada hermana la N-550, entre A Coruña y Vigo.

Las dilatadas obras de la carretera de Santa Lucía, en Vedra, también han generado un repunte añadido en el tráfico por la nacional de Ourense, ya que buena parte de los vecinos de este municipio deben recorrer la N-525 hasta el desvío de Vedra cercano a Lestedo. Eso sí, esta situación es puntual.