Adelantado de la pedagogía de la imagen

La Voz

SOCIEDAD

11 may 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

«Mi primera maestra, que sin saber leer, me ha enseñado una ciencia que en ningún libro he podido hallar». Esto decía Baltasar Pardal de su madre. Eran cuatro hermanos de una familia de campesinos y el padre emigró a Buenos Aires. Ordenado sacerdote en 1910, Baltasar llegaría tres años más tarde al barrio de Atocha, en A Coruña, donde entró en contacto con la pobreza, la marginalidad y la infancia. Allí fundó, en 1923, La Grande Obra de Atocha, que luego ampliaría a Betanzos y Pontedeume (1940), Arzúa, Uruguay, Venezuela y estaba a punto de abrirla en Argentina y México cuando falleció. «Fue un adelantado en los métodos pedagógicos que importó para Galicia y habla de aulas luminosas, amplias, ambiente alegre para los niños, era la pedagogía de la imagen de la que fue pionero, con contenidos que entran con imágenes, con canciones y juegos, algo que entonces era muy novedoso». Este apuntaba ayer José Ramón Amor Pan, coordinador de un libro sobre su vida.