Un chef enamorado del mar

Tamara Rivas Núñez
tamara rivas REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Kike Piñeiro prepara con productos gallegos las meriendas de «Sálvame»

17 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Habla de su trabajo y sus palabras se empapan de la misma pasión con la que prepara sus platos. Kike Piñeiro (A Pobra do Caramiñal, 1978) es uno de esos cocineros que aman, disfrutan y viven su profesión, y eso se nota. Llegó a los fogones muy joven, con la intención de ahorrar un poco para comprarse una bici, pero un día le tocó entrar a la cocina y desde ese día ya no la dejó.

Ahora no para. Eventos a nivel internacional como la World Bulk Wine de Ámsterdam o la World Olive Oil Exhibition de Madrid, showcookings por todo el territorio español, atender a las 2.000 personas que se acercaron al puesto de Galicia Calidade en el madrileño mercado de San Antón e incluso dar de merendar a los colaboradores de Sálvame son algunos de los últimos retos a los que se ha enfrentado, y aunque en todos ellos encuentra el lado positivo, ya tiene ganas de asentarse en una «cocina estable».

En pleno período de formación padeció una grave enfermedad que lo obligó a alejarse de los fogones y dejarlo todo. Lejos de rendirse, volvió con más fuerza y ganas que nunca para demostrar su valía e irse abriendo un hueco que no se ha vuelto a cerrar y que encontró su recompensa cuando fue reconocido en el X Certamen Nacional de Gastronomía 2011/2012 . De su paso por Paradores de Turismo (Santiago, Salamanca, Gijón...) aprendió casi todo lo que sabe, en gran parte por aceptar todo cuanto desafío se le presentaba en su mesa.

A pesar de que la mayor parte de su vida laboral la pasó fuera de su tierra, Kike Piñeiro defiende el producto gallego «a muerte». Y de la simbiosis de sabores, olores y texturas del género autóctono y foráneo nació su propia gastronomía. Una cocina «mucho más simple de lo que la gente se cree, hecha con cariño» y en la que le gusta aportar su punto de vista «para encontrar esa vuelta de tuerca con la que mejorar un plato».

Es un «enamorado del mar», y tal vez el vivir cuando era niño al lado del mercado de abastos haya condicionado su admiración hacia todo lo que proceda del océano. Disfruta cocinando todo tipo de pescados por la versatilidad que ofrecen, aunque el sanmartiño es su preferido porque tiene «una carne diferente y especial que lo hace muy atractivo» y nos recomienda que no nos compliquemos para prepararlo: «Con encontrar el punto de cocción y regarlo con un buen aceite basta».

Aprovecha cualquier oportunidad que se le presenta para dar a conocer al mundo los productos de las rías gallegas porque «no hay nada más de la tierra que defender tu propia gastronomía». En su última visita a Holanda se llevó pulpo, con el que dejó encantada a gente de Nueva Zelanda, Italia, Francia o Chile.

Solidario y con sueños

El revés que le pegó la vida en forma de linfoma con tan solo 20 años, su recuperación y el apoyo recibido sirvieron de germen para que naciese el libro Sabor a vida. Un recetario de cocina gallega cuyos beneficios van destinados a la Asociación Española Contra el Cáncer y que ayudó a destapar a la gran persona que se encierra dentro de este chef. «En todas las profesiones, todos podemos hacer algo. Aunque sea algo simple, puede suponer mucho para otras personas», asegura con sinceridad.

El jueves pasado dio el salto a la televisión para dar de merendar al equipo de Sálvame a través de una acción de Galicia Calidade. «Es un programa de máxima audiencia y nos sirvió para que la gente conozca los productos de calidad que hay en Galicia; tanto las denominaciones de origen, como las IGP (indicación geográfica protegida) o los productos al amparo de la marca», explica.

Más temprano que tarde le llegará el momento de asentarse. Aguarda a que llame a su puerta un proyecto que le toque la fibra o alguien que confíe en sus ideas, y aunque parece que esa nueva etapa puede estar lejos de Galicia, sus raíces, los productos de su tierra y el amor a la gastronomía autóctona siempre irán de la mano de este gastrotalento.