Los trucos de los supermercados para hacernos gastar más

La Voz

SOCIEDAD

YURI KOCHETKOV

Las estrategias de venta son algo muy estudiado para hacernos comprar más de lo que necesitamos

23 ago 2014 . Actualizado a las 00:23 h.

En el supermercado todos nos solemos tomar nuestro tiempo. Miramos, comparamos, y siempre siempre acabamos por picar en algo, ese caprichito oculto que decidimos permitirnos después de dar un par de vueltas alrededor del pasillo meditando.Pero tienes una excusa más para no sentirte culpable, y es que los supermercados utilizan una serie de estrategias para que acabes comprando más y añadas a tu carrito productos que inicialmente no pensaban adquirir.

Uno de los remedios para no caer en este tipo de cosas es el simple hecho de llevar una lista que incluya todo lo que necesitamos e ir a por ello sin miramientos. Para salir victorioso de esa difícil tarea debes conocer cuáles son las estrategias que emplean las cadenas de supermercados para hacernos caer en la trampa y vender más.

En primer lugar, el tamaño de los carritos es algo matemáticamente estudiado para que siempre acabes cayendo en algo más de las «dos o tres cosas» que tenías previstas. Además, los expertos apuntan a que todos los carritos se desvían ligeramente hacia la izquierda, de modo que se tengan que sujetar también con la mano izquierda, teniendo así libre la derecha para alcanzar cómodamente los productos. Esto, junto a la propensión de comprar los productos del lado derecho, hace que en esta ubicación se encuentren siempre los productos más caros.

Y es que la situación de los productos en las estanterías es algo muy estudiado por la compañías. Según el perfil del comprador, unos productos estarán colocados más arriba o más abajo. No es lo mismo colocar un producto para niños, que para mujeres mayores, que para chicos jóvenes, por dar tres ejemplos. La colocación de los productos que más interesa vender a cada tipo de cliente está en la línea de visión de cada uno, a la altura de sus ojos.

Y ¿cuántas veces has recorrido el súper pensando, «dónde está esto»?. Los supermercados cada cierto tiempo reordenan los pasillos para cambiar una y otra vez la posición de los productos para que tengamos que buscarlos y así, de paseo por esta aventura, encontremos otros productos que nos llamen la atención.

Nuestros sentidos forman una parte importante en este juego de vender más. El oído, por ejemplo se ve estimulado por una música relajante que nos incita a tomárnoslo con más calma y pasar más tiempo dentro del recinto, sobre todo cuando hay poca clientela. Cuando es al revés, y es necesario aligerar, la música se acelera y el cliente desea acabar cuanto antes, lo que influye en la posibilidad de comprar algo por impulso. Por otro lado, el olfato también es «engañado» de alguna forma para incitarnos a comprar. La zona de panadería siempre se sitúa al principio de la tienda para que el olor del horno active nuestras glándulas salivales y nos entre el «antojo», incitándonos a comprar más compulsivamente. Lo mismo ocurre con la sección de fruta y verdura, cuyo fresco olor y aspecto nos proporciona una sensación positiva. Además comprar los productos saludables al principio nos proporciona una confianza para ser proclive a gastar más en precocinados. Otro factor importante es la luz. Según los expertos, se juega con ella en las secciones de alimentos perecederos para aumentar su sensación de frescura.

Y seguro que te ha pasado que sólo vas a comprar lo básico (pan, huevos, leche) y cada cosa está en una esquina diferente de la tienda, de manera que tengas que recorrer todos los pasillos y «casualmente» te des cuenta de que necesitas comprar algo de alguno de ellos. Relacionado con esto está el desorden «casual» con el que nos encontramos a veces, que nos hace pensar que son productos rebajados cuando en realidad no lo son.

Y por supuesto, la tentación de la caja es una de las más rentables para los supermercados. Después de hacer cola durante unos cuantos minutos es fácil caer en alguna de las golosinas expuestas.