Turismo a la carta contra la lluvia

SOCIEDAD

P.CHAPELA

Los visitantes contratan guías personales para sacar partido a sus vacaciones

27 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

A veces las publicaciones turísticas no explican la parte más jugosa de un destino. «Es difícil llegar al lugar adecuado para que te cuenten cómo se cocina un pulpo o que te lleven de paseo en barco y a merendar en una isla perdida de Arousa con una botella de vino», reconoce Estela Portela, una guía que se ha especializado en crear excursiones o experiencias a la carta y a la medida de los deseos de los veraneantes que llegan con ganas de conocer la Galicia más auténtica.

Es una coach para las vacaciones: escucha los deseos de los turistas y les hace un plan que no puede estropear ni la lluvia, ni el frío y mucho menos unos niños aburridos. «Algo tan sencillo como llevar a pescar a un puerto a unos chavales es una de las cosas que más gusta», explica esta guía turística que cuenta muchas de sus propuestas en las redes sociales y su página web (www.laresymares.com).

Una de sus escapadas más exitosas es una tarde típicamente marinera: «Comenzamos con una visita a la lonja, donde se subasta pulpo y pescado de cerco, para continuar después con una caminata alrededor del puerto donde podemos contemplar toda la flota de bajura, la nave de las redeiras y la plaza de abastos de Bueu, una de las pocas de Galicia que abre por las tardes». En los mercados Estela enseña cómo regatear, escoger el mejor marisco o simplemente tirarles de la lengua a los placeros para que ilustren a sus clientes sobre el origen de las especies. Hay personas que descubren que no todo lo que se vende se ha pescado en Galicia: «Yo no sabía nada del Gran Sol hasta que pasé dos mañanas por la plaza», cuenta una de las que han probado esta ruta.

Por supuesto, estas salidas terminan en un bar con tapas y vino. Los que más las solicitan son los visitantes del interior, como una pareja de León, que tuvo la sensación de que era una quedada «entre amigos». Y ese es, precisamente, el recuerdo que pretende dejar esta experiencia que suele ser una solución perfecta para extranjeros que se han embarcado en un viaje largo o para personas que llegan solas a Galicia. Además de las degustaciones (muchas caseras), se dan clases de cocina y sobre todo catas de vinos gallegos en entornos más que festivos. Encandilan propuestas como las verbenas y recorridos en tractorcillos por las aldeas.

Y, aunque buscan ser grandes anfitriones, a estos asesores se les puede contratar solo para crear una hoja de ruta con datos precisos de cómo aprovechar el transporte público para llegar a los parajes más recónditos.