La duquesa nos interesa

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas MIRA Y VERÁS

SOCIEDAD

22 nov 2014 . Actualizado a las 10:12 h.

A Cayetana, como a su antepasada, la hemos visto vestida y desnuda. La hemos visto bailar descalza, rezar al Cristo, llorar como viuda, pelearse con sus hijos, torear con sus nueras, chapotear en las aguas de Ibiza, pasear enamorada con su tercer marido por lugares lejanos, echar pestes contra su yerno, con su perro Flashito, y el 20 N, día marcado en la historia, la hemos visto morir entre los aplausos de sus vecinos de Sevilla... Y todo por televisión. Para quienes el dato sea importante, su fallecimiento consiguió generar 112 comentarios por minuto en Twitter, por supuesto ha sido trending topic, y en el momento de la defunción la noticia ya se movía en las redes de México, Estados Unidos, Grecia o Escocia. Podemos jugar a la extrañeza, asomarnos al callejón del Gato, y reflejarnos en las pinturas satíricas de Goya como seres grotescos. Y pensar que no pintamos nada en su historia. Pero no es así. Hemos hecho clic en las webs porque la duquesa nos interesa, hemos leído las páginas de los periódicos porque la duquesa nos interesa, y la mayoría de las teles, desde TVE a Telecinco, han subido la audiencia porque la duquesa nos interesa. No por rancio abolengo, no por su patrimonio, no por su título. Sino porque expuso su vida a la pregunta de un micrófono de calle. Y lo curioso de Cayetana en los tiempos que corren es que nos dio respuesta.