Manuel Garrido, pediatra que trabaja como voluntario en Bolivia: «No basta con llorar por los niños, hay que solucionar sus problemas»

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Miguel Villar

Este ourensano protagoniza la campaña europea de ayuda al desarrollo

23 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Manuel Garrido Valenzuela (Allariz, 68 años) apenas ha disfrutado de unas vacaciones en su vida. Y no porque no pudiera permitírselo, sino porque, por elección propia, decidió emplear su tiempo libre en ayudar a los demás. Pediatra y cirujano infantil -fue hasta su jubilación jefe de Cirugía Pediátrica del Complejo Hospitalario de Ourense- dedicó las vacaciones de los últimos 27 años a curar niños bolivianos. Su dedicación altruista ha posibilitado la creación de un pabellón pediátrico, una maternidad, un servicio de urgencias, un laboratorio y un departamento de neonatología en el Hospital Primero de Mayo de Santa Cruz de la Sierra. Como presidente y fundador de la Asociación Primero de Mayo también financió cirugías complejas de niños bolivianos en España. La Comisión Europea, a través de su representación en España y de la Oficina de Información del Parlamento Europeo, ha reconocido ahora esta labor y lo ha elegido cooperante europeo por Galicia, dentro de la campaña 19 ciudadanos ponen cara a la ayuda al desarrollo. Su imagen cubrirá durante un año la fachada de las Instituciones Europeas en Madrid.

-Usted ahora está jubilado. ¿Sigue yendo a trabajar en el hospital de Bolivia?

-Sí. Ahora que estoy jubilado de la Seguridad Social incluso puedo ir dos veces al año.

-No ha fallado ni una sola vez en 27 años.

-Para conseguir algo hay que ser perseverante, no vale la aventura turística solidaria. La solidaridad debe ser sostenida. Y no se trata de llorar, sino de solucionar problemas. No basta con decir qué pena me dan los niños y llorar por lo mal que están, sino que lo que hay que hacer es solucionar sus problemas.

-¿Ha cambiado mucho la situación desde que empezó en Bolivia hasta ahora?

-Muchísimo. Cuando llegué el hospital tenía 18 camas, era prácticamente un habitáculo muy pequeño en un poblado sin asfaltar. Ahora tiene siete quirófanos y es el mejor hospital de la zona, con las mejores dotaciones y un personal buenísimo. En Bolivia, como en muchos países de América, hay que pagar por la asistencia sanitaria, pero este es un hospital con una opción fundamental para los pobres. El que pueda pagar, paga, y el que no, no lo hace, porque aquí no se le cierran las puertas a nadie.

-Usted también ha traído a España a niños con casos difíciles para que los operasen aquí.

-Sí, me los traía a España, venían a mi casa y los censaba en Allariz. Tenían su cartilla del seguro y no había problemas, aunque eso ahora no se puede hacer. Uno se operó en el Hospital Gregorio Marañón y otro en el San Juan de Dios, de Barcelona.

-Usted, además de trabajar en vacaciones, también se pagaba los viajes de su bolsillo.

-Sí, cuando he podido he pagado yo los viajes, aunque ahora que estoy jubilado ya me resulta más difícil. A lo que no hay derecho es a que la gente se muera porque no tiene dinero, solo por haber nacido en África o en Bolivia. La salud es un derecho universal.

-Desde esta perspectiva, ¿cómo ve los recortes que están afectando a la sanidad en España?

-Me preocupa mucho, porque lo que hemos construido durante años se está viniendo abajo. En España seguimos teniendo una sanidad puntera, pero por el voluntarismo de los facultativos, no porque el Estado ponga toda la carne en el asador en ello. El problema que tenemos los médicos es que nos gusta lo que hacemos.

-Tanto les gusta que usted se ha pasado 27 años sin vacaciones. ¿Las ha echado en falta?

-No. Cambiamos la playa por Bolivia, pero con consentimiento familiar. Incluso algunas veces he llevado a mis hijos -tiene cuatro- para que lo vieran.

-¿Seguirá?

-Hasta que Dios me dé fuerzas, porque pienso que estamos en este mundo para hacer cosas, para ayudar a los demás. No entiendo mi vida de otra manera.

-¿No pensó alguna vez en cambiar de destino, en ir a África?

-Sí pensé en irme a África, e iré a Benín alguna vez. Aunque ahora ya me empiezo a hacer mayor y empezar con otro proyecto es complicado. Pero no lo descarto.