El mar y el Camino impulsaron la sanidad en Galicia

SOCIEDAD

El colegio médico coruñés muestra los avances de los últimos 120 años

17 ago 2015 . Actualizado a las 11:31 h.

La larga línea de costa de que disfruta, sus puertos y el creciente movimiento de pasajeros que en ellos embarcaron o regresaron del otro lado de los mares han influido de forma considerable en la vida de los gallegos a lo largo de los siglos y en la evolución de su sanidad. Más en concreto, en la «demanda dunha formación médica específica e de dotacións especiais para a atención sanitaria». La cita está tomada del primero de los 32 paneles que forman parte de la exposición que el Colegio Médico de A Coruña dedica a la evolución de la sanidad en los 120 años de existencia de esa institución.

En los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX la mejora de los transportes hizo que aumentase el número de viajeros y, con ellos, las enfermedades infectocontagiosas, a las que los médicos hubieron de responder con medidas profilácticas y normas higiénicas preventivas. Asimismo, determinaron la creación del servicio de sanidad exterior y la puesta en marcha de hospitales marítimos como el de Oza, el Hospital de Marina de Ferrol o el dispensario antituberculoso de A Coruña.

La presencia del Departamento Marítimo de Ferrol y el hecho de que A Coruña fuese la sede de la Capitanía General de la VIII Región Militar son otros factores que influyeron positivamente en la evolución de la medicina gallega. La atención a los soldados que regresaban heridos de la guerra de Cuba o a los que, tras participar en otras contiendas coloniales, retornaban con graves lesiones o con enfermedades tropicales impulsaron a los sanitarios gallegos a innovar para hacer frente a patologías hasta entonces apenas conocidas aquí.

La importancia de las peregrinaciones a Santiago desde la Edad Media determinó también la aparición de centros en los que prestar asistencia a quienes acudían a postrarse ante el apóstol, a lo largo de las poblaciones que la ruta atraviesa y constituyeron el motivo principal para la fundación del Hospital Real en Compostela.

La Universidad de Santiago constituyó también un pilar de importancia en este proceso, aunque en la exposición se alerta del freno que supuso el absolutismo y el peso de una Iglesia tan conservadora que «non era raro contemplar a excomunión dun conferenciante ou un profesor por recomendar un libro». O llamar a los fieles a hacer una hoguera para quemar un libro, como le ocurrió a Roberto Nóvoa Santos en 1921.

El factor humano

En el avance de la medicina gallega resultó decisivo el factor humano. Médicos que no se conformaron con tratar de curar, sino que impulsaron la investigación y promovieron la fundación de hospitales. Conocedores de las precarias condiciones en las que vivían algunos de sus pacientes y sus escasas posibilidades de recibir asistencia sanitaria, saltaron a la política, denunciaron injusticias, promovieron la mejora de la asistencia, contribuyeron a la redacción de leyes de progreso e incluso conspiraron contra el absolutismo aun a riesgo de perder la libertad e incluso la vida, o de ser empujados al exilio, como le ocurrió al el primer presidente del colegio médico, Ramón Pérez Costales.