«Un robot no te lleva a cenar»

Jesús Flores Lojo
JESÚS FLORES A CORUÑA

SOCIEDAD

Esta sexóloga asegura que hoy en día hay «mucha más información, pero poca educación en el terreno de la pareja y del sexo»

18 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Es la sexóloga de moda: su canal de YouTube, Sexperimentando, y el libro del mismo nombre (Ed. Planeta), que publicó este verano, han convertido a la joven psicóloga asturiana Nayara Malnero (Oviedo, 1987) en un fenómeno mediático. Su facilidad para desenvolverse con un lenguaje común entre los fangos que provocan las dudas en materia sexual tiene mucho que ver con su éxito. Y es que para Nayara, que la semana pasada estuvo en A Coruña atendiendo la consulta mensual que tiene en esta ciudad, la comunicación es «el primer paso» para que algo funcione, desde luego también en la pareja. En una época en la que las redes sociales facilitan el ligue sin demasiados preámbulos y el bombardeo de estímulos sexuales es constante, esta especialista sostiene que, en el fondo, estamos «con los mismos problemas de siempre».

-Una pregunta que puede ayudar a saber por dónde van los tiros últimamente: ¿Qué cuestiones son las que más le plantean en su consulta?

-A esta pregunta te hago yo otra: ¿En gente joven o en edades más maduras?

-Empecemos por los jóvenes...

-Me interrogan mucho por sus dudas o miedos ante embarazos o infecciones. Vamos, igual que hace décadas: no es difícil que venga alguien que te diga si puedes quedarte embarazada por practicar sexo oral, por ejemplo... Y también se interesan mucho por posibles tácticas para ligar. Esto es curioso, porque pese a las nuevas tecnologías, a ese Instagram que se ha convertido en un escaparate, te das cuenta de que la buena educación sexual está todavía muy alejada de los chavales.

-¿Y los mayores?

-En el caso de ellas, lo más frecuente es la falta de interés por el sexo: en el de ellos, la disfunción sexual. Al final, debajo de ambos problemas subyace la falta de comunicación y entendimiento en la pareja. No hablamos en la calle y no hablamos en la cama, no negociamos lo que nos gusta hacer y lo que no y por pensar «me duele pero me aguanto» después vienen otros problemas.

-Vamos, que nos creemos más listos que nunca pero seguimos siendo bastante ignorantes en esta materia...

-Ahora hay mucha más información, pero poca educación en el terreno de la pareja y del sexo. O todo es muy académico y riguroso hasta el punto de ser demasiado aburrido para la gente joven, o nos pasamos al extremo de la sexualidad a la ligera, la que salpica a todas horas a través de la tele, la música o el cine. Creo que hace falta encontrar un rumbo intermedio, eso es lo que trato de hacer yo: transmitir un mensaje riguroso y técnico pero con el lenguaje que se utiliza ahora, el que manejamos la mayoría. Por eso los chavales, por ejemplo, aceptan mejor una charla sobre sexo a través de un foro de Internet, un medio que para ellos es un vehículo natural de comunicación, que una conferencia en la que te das cuenta de que se están aburriendo.

-Y ya que hablaba de una sociedad en la que el sexo está presente a todas horas, ¿no tiene la impresión, como sostienen algunas voces, de que hemos pasado de una sociedad demasiado reprimida en el terreno del sexo a otra en la que parece que nada tiene demasiado valor, demasiada importancia, lo que algunos expertos denominan la sociedad líquida?

-Totalmente de acuerdo, pero no solo en el campo del sexo, de la pareja o de las relaciones afectivas. Sucede en la vida general, mi opinión es que tenemos tanta libertad que no sabemos cómo gestionarla. Yo a algunas personas les digo: «Siéntate y piensa qué necesitas para ser feliz con tu pareja». Hay gente que se lamenta de que siempre tropieza «con la misma piedra», cuando en realidad es que la piedra la lleva siempre a cuestas, por no saber hablar, por no escuchar...

-¿Quizá también por falta de compromiso, por instalarse en la tendencia del «carpe diem» que parece estar de moda?

-Ahí ya solo puedo responderte con un «depende». Casi todas las parejas que acuden a mi consulta son gente con un compromiso, las otras no llegan a plantearse tantos problemas. El problema con estas otras es que casi siempre hay una parte que tiene más claro que la otra que se trata de una relación fugaz o abierta.

-Esta misma semana han anunciado la próxima comercialización de un robot que cubrira todas las necesidades sexuales...

-Ja,ja. Un robot incluso te puede acariciar, pero no creo que, por muy avanzado que sea, te pueda invitar a una cena romántica o a tener una cita para ir al cine... Yo a mis pacientes los animo a veces a que sean creativos en la cama, a que jueguen y a que utilicen juguetes, pero no creo que sea el robot la solución.