Estudiantes y padres se unen con una huelga al rechazo frontal de partidos y docentes a la reválida

A. T. MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

XOAN CARLOS GIL

El Ministerio de Educación mantiene firme su decisión de aprobar, antes del 30 de noviembre, la orden que definirá las pruebas

25 oct 2016 . Actualizado a las 16:14 h.

El Ministerio de Educación aguanta el tipo y asegura, al menos oficialmente, que mantiene firme su decisión de aprobar, antes del 30 de noviembre, la orden que definirá las características, contenidos y fechas con que se celebrarán las reválidas de ESO y bachillerato, el último paso legal para que los polémicas pruebas -sin cuya superación no se obtendrá el título aunque se tengan aprobadas todas las asignaturas del ciclo educativo- se implanten en junio. Sin embargo, la revuelta contra las révalidas, que suma a la mayor parte de la comunidad educativa, a 12 de los 17 Gobiernos autonómicos (no al gallego) y a todos los partidos salvo el PP, se ha convertido en un clamor y amenaza con torcer el brazo a lo largo del otoño a un Ejecutivo popular que tiene enfrente en este asunto a casi las dos terceras partes de la Cámara.

El primer aviso lo recibió este mes de las doce autonomías que no gobierna el PP, reunidas extraoficialmente en Valladolid, que exigieron por escrito a Iñigo Méndez de Vigo una renuncia a las pruebas.

El segundo asalto se vivirá el miércoles: la Ceapa, la organización que agrupa a 12.000 asociaciones de padres de la escuela pública, y el Sindicato de Estudiantes, el mayoritario en el colectivo, han convocado una huelga en todos los centros educativos del país (incluidas las universidades) que busca vaciar las aulas para exigir al Ejecutivo la derogación de la Lomce, pero, fundamentalmente, la renuncia a implantar las reválidas.