El papa abre la puerta a que cristianos casados puedan ser ordenados sacerdotes

Europa Press

SOCIEDAD

GIORGIO ONORATI | efe

Reconoce que la crisis de vocaciones es un problema «grande» que la Iglesia debe resolver

09 mar 2017 . Actualizado a las 17:33 h.

Hacer del celibato algo «opcional» no solucionará la crisis de vocaciones sacerdotales. Así lo considera el papa en una entrevista concedida este jueves 9 de marzo al periódico alemán Die Zeit: «En ese contexto, se discute, sobre todo cuando hay necesidad de clero, pero no es la solución». Francisco ha reconocido que «la falta de vocaciones es un problema grande» que la Iglesia «debe resolver»; aún así, insiste en que el camino para que esto cambie no pasa por decirles a los jóvenes que no es necesario que renuncien a una vida sentimental-sexual.

Se plantea, sin embargo, como posibilidad para frenar el problema los «viri probati», expresión con la que el derecho canónico de la Iglesia católica se refiere a los hombres casados, de vida cristiana madura y contrastada, en los que, de modo extraordinario, se admite la ordenación sacerdotal (como diáconos, presbíteros u obispos). «Son una posibilidad -señala-. Pero debemos también decidir qué tipo de tarea asumirán, por ejemplo, para las comunidades aisladas».

Para el Pontífice, la solución a la falta de vocación sacerdotal pasa principalmente por la oración. «El Señor nos ha dicho que recemos. Nos falta oración», insiste. Apunta que, además, es necesario establecer las condiciones necesarias para que nazcan vocaciones entre los jóvenes y trabajar con aquellos «que tengan alguna inquietud de servicio a los demás». «Esto es muy difícil. El trabajo con los jóvenes se debe hacer para que ellos se planteen su vocación. Los jóvenes son los grandes descartados en la sociedad moderna y lo vemos en la falta de trabajo para ellos en tantos países», alerta.

Añade que el número de vocaciones se ha visto también influenciado por el «problema de la natalidad». «Si no hay niños, no habrá sacerdotes. Creo que es el principal problema que deberemos afrontar en el próximo Sínodo sobre los jóvenes, pero no es un problema de proselitismo, no. No se consiguen vocaciones con el proselitismo», subraya.