Richard Chartoff: «En los condones, comodidad y seguridad son valores que van unidos»

FErnando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

SOCIEDAD

MARCOS MÍGUEZ

Dirige una investigación auspiciada por la Fundación Gates sobre el futuro de los preservativos

10 mar 2017 . Actualizado a las 17:22 h.

El profesor Richard Chartoff, director del Laboratorio de Caracterización de Polímeros de la Universidad de Oregón, ha viajado a Galicia para impartir una serie de conferencias en la Universidade da Coruña sobre los usos de estos materiales. «Estamos investigando aplicaciones médicas para implantes, porque el poliuretano se degrada y desaparece, lo que lo hace idóneo para ciertas cirugías», apunta el científico, célebre por su investigación, auspiciada por la Fundación Gates, sobre los condones del futuro, de la que habló ayer en la Domus.

-¿Qué novedades aportarán estos nuevos condones?

-Serán condones más fuertes y seguros, pero además se adaptarán a la forma del usuario. El material es poliuretano, que puede considerarse un material inteligente, porque conformará su estructura según el individuo cuando este se coloque el condón.

-¿Significa esto que desaparecerán las distintas tallas de condón?

-Indudablemente, y eso es mucho más relevante de lo que puedas pensar. Actualmente es muy complicado encontrar un condón que se adapte a la perfección. Las opciones se limitan, en el mejor de los casos, a tres o cuatro tamaños diferentes, estandarizados, que no tienen por qué ser adecuados para uno. Y esta es una de las razones esgrimidas por mucha gente para no usarlos.

-¿Estamos hablando del final del látex?

-Al látex le queda todavía mucha vida y seguirá estando presente. Pero hay mucha gente que es alérgica a este material, se calcula que puede llegar al 8?% de la población, tanto hombres como mujeres. Y este nuevo material es hipoalergénico, así que eliminaría los problemas de posibles reacciones.

-Vista la publicidad de las grandes marcas da la impresión de que la evolución en materia de preservativos ha ido más encaminada hacia el confort que hacia la seguridad.

-Prefiero creer que han ido ambos aspectos de la mano. Nosotros perseguimos tanto la comodidad como la seguridad. El propósito principal del proyecto de la Fundación Gates es minimizar la proliferación de enfermedades de transmisión sexual y controlar la natalidad. Pero es que estos dos valores van unidos, porque si es más confortable se usará más. Este nuevo material es más difícil que se rompa y, dada su adaptabilidad, también es más difícil que se salga.

-¿Será costosa su producción? ¿Llegaría a los países en vías de desarrollo?

-Es posible que sean más caros de producir que los actuales, aunque es pronto para hablar de esto, porque habría que ver cómo funciona la cadena de producción. Además, la idea de la Fundación Gates es que los condones lleguen a las distintas organizaciones que trabajan en esos países a precios muy bajos. Quizá para eso haya que subirles el precio en otros países en donde la gente se lo pueda permitir.

-¿Ha mostrado interés en esta investigación algún fabricante?

-Me he puesto en contacto con un par de empresas, y por ahora no han sido muy valientes. Queda mucha investigación por delante, y quieren ver primero cómo funciona antes de invertir.

-¿Cuándo serán una realidad?

-Dependerá de si encontramos apoyo comercial y de la aprobación por parte de las organizaciones que regulan los productos médicos, lo que tiene sus plazos y se escapa de nuestras manos.