«Por salvar a mi hija no me lo pienso»

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Oscar Vazquez

El padre de una niña de O Porriño que padece atresia biliar se someterá a una operación y donará parte de su hígado para devolverle la salud a la pequeña

22 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Un vecino de O Porriño donará parte de su hígado para salvar la vida de su hija, de año y medio. El banco de tapones de Tomiño les ha concedido una ayuda para poder hacer frente a gastos de desplazamiento, dado que la intervención quirúrgica, para la que todavía no hay fecha, se realizará en el Hospital La Paz, de Madrid. David Cruces Alonso es consciente de que se trata de una operación de riesgo.

Los médicos le han informado de que, si todo sale bien, estará un mes de baja. Pero podría haber complicaciones, que este soldador que reside en la parroquia de Atios está dispuesto a asumir por el bien de la pequeña Alexys. «Por salvar a mi hija, no tuve que pensarlo nada y eso que los médicos me lo recuerdan cada poco tiempo», afirma.

David es consciente de que podría morirse en la mesa de operaciones o su hígado fallar después de la intervención, y entonces sería él quien necesite un trasplante. Su cuerpo deberá acostumbrarse a trabajar sin vesícula biliar, es probable que sufra problemas de acidez de cuatro a seis meses después de la operación y deberá llevar una dieta muy estricta libre de grasas.

Pero hará todo lo que está en su mano por seguir viendo la sonrisa de su hija cada día. «No para quieta, si está bien es una maravilla, corre de un lado para otro y eso nos anima, al contrario de cuando se encuentra mal: entonces se lleva peor», afirma.

Ya ha comenzado a hacerse las pruebas médicas, una vez que los especialistas han comprobado que su hígado es compatible con el de su hija.

La pequeña Alexys ya es toda una luchadora a pesar de su corta edad. Recién nacida le diagnosticaron una atresia biliar, una enfermedad hepática que la llevó a pasar dos veces por el quirófano. Los médicos han intentado que su hígado aguante el tiempo suficiente para que crezca y poder retrasar el momento del trasplante de hígado, afirma David. «Se lo detectamos con un mes, estuvo 15 días en el Hospital Álvaro Cunqueiro, pero aquí no nos daban una solución, por lo que fue trasladada a Madrid en ambulancia. La operaron con cirugía laparoscópica, pero hubo complicaciones porque drenaba demasiado la sonda en el estómago. Para la segunda operación tuvieron que abrirle el abdomen. Le aplicaron la técnica de Kasai, un tratamiento quirúrgico realizado en niños en los que la bilis no logra drenar correctamente desde el hígado hasta el intestino delgado. El conducto que va del hígado al intestino tuvieron que reconstruirlo con un trozo de intestino. «Nuestra niña aguantó hasta ahora con esta operación», afirma David. La pequeña será intervenida en fechas próximas en el Hospital La Paz, mientras que a su padre le extirparán parte del hígado en el Ramón y Cajal. «Mi madre irá también para allí, más que nada para no despertarme solo de la anestesia, dado que mi mujer estará con la niña». Además están gestionando que el Sergas acepte el traslado del historial clínico de Cristina, la madre, a Madrid, puesto que padece de cáncer y sería impensable que durante los meses en los que la pequeña esté ingresada en La Paz tenga que viajar a Galicia para recibir las sesiones de quimioterapia. «Nuestra niña no puede quedarse sola allí», afirma. David explica que el bebé deberá permanecer ingresado entre dos y seis meses una vez que sea intervenido quirúrgicamente.

La enfermedad de la pequeña Alexys supone un enorme sacrificio económico para sus padres. David afirma que emplean más de 1.400 euros mensuales en administrar a su hija los medicamentos prescritos por los médicos de la Seguridad Social.