Las pinturas más antiguas de Galicia

Francisco Albo
Francisco Albo MONFORTE / LA VOZ

SOCIEDAD

USC / IPHES

La datación por carbono 14 ha determinado que dos de los diseños prehistóricos descubiertos en el yacimiento lucense de Cova Eirós tienen al menos 9.000 años

25 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cinco años después de que se diese a conocer el hallazgo de las primeras muestras de arte rupestre paleolítico gallego en el yacimiento de Cova Eirós, en Triacastela, los investigadores han conseguido datar con exactitud la antigüedad de las pinturas. Aunque no de todas ellas, sino solo de dos figuras, a las que se ha asignado una edad mínima de 9.000 años. Son por lo tanto las pinturas más antiguas que se dataron hasta ahora en Galicia, ya que superan al menos en 3.000 años los diseños la época megalítica que se analizaron hace tiempo en lugares como la sierra del Barbanza, Bergantiños y el municipio pontevedrés de Rodeiro.

Los resultados de este estudio acaban de publicarse en la revista científica internacional Radiocarbon. La datación fue realizada con el método del carbono 14 en colaboración con Karen Steelman, una investigadora de la universidad estadounidense de Central Arkansas. Debido al mal estado de conservación de las pinturas se usó una variante de este método, conocida como oxidación por plasma, que permite afinar considerablemente los resultados. Los dibujos fueron trazados usando carbón vegetal como pigmento. Uno de ellos representa lo que parece ser la cabeza de un caballo. El otro es más confuso y parece el lomo de un animal que no se pudo identificar con precisión. 

Pigmentos alterados

Según explica Ramón Fábregas -catedrático de la Universidade de Santiago y director del proyecto arqueológico en el que se encuadran estas investigaciones-, el pigmento está muy contaminado por el hollín que dejó en la pared de la cueva una hoguera que alguien encendió en este lugar miles de años después, en la Edad Media. De acuerdo con el carbono 14, este fuego fue prendido a finales del siglo X o bien a principios del XI. Esta contaminación complicó en gran medida los análisis.

Fábregas recalca, por otro lado, que la antigüedad atribuida a los dibujos es una edad mínima. Es decir, que podrían pertenecer a una época algo anterior, de hasta 10.000 o 10.500 años. El período cultural en el que se encuadran correspondería a la etapa terminal del Paleolítico Superior o a los inicios del Epipaleolítico, una época de transición entre el Paleolítico y el Neolítico.

Los estudios iconográficos realizados sobre estos diseños los relacionan con el llamado Estilo V del arte paleolítico, que está también representado en los yacimientos al aire libre de Foz Côa -en el norte de Portugal- y Siega Verde -en Salamanca- y también en alguna cueva, como la de Palomera, en Burgos.

Por otra parte, los responsables de este proyecto arqueológico -financiado por la Xunta- señalan que las pinturas recién datadas son solo uno de los trece conjuntos de diseños catalogados en Cova Eirós. Basándose en el análisis estilístico, los investigadores suponen que los otros paneles de pinturas y grabados pueden ser de diferentes épocas. Algunos podrían corresponder al período Magdaleniense -hace entre 10.000 y 15.000 años- y otros al Gravetiense o al Solutrense, con una posible antigüedad de entre 20.000 y 25.000 años.