Carlos Álvarez: «Las redes pueden ser un primer paso en la terapia, el problema es quedarse ahí»

Temor a verse expuesto en sociedad. La fobia social es un trastorno que afecta a entre un 3 y un 13 % de la población en algún momento de su vida. El dato lo da el psicólogo clínico Carlos Álvarez, del Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia y miembro de la unidad de salud mental del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), que apunta que, «pese a ser una patología que no ha ido en aumento, es uno de los problemas más comunes que pueden darse a lo largo de la vida y, cuando no se trata, perdura».

-Resulta curioso cómo personas diagnosticadas de fobia social no se atreven a hablar cara a cara. En cambio se desnudan totalmente en Internet. ¿Las nuevas tecnologías ayudan a salir de ese aislamiento en el que están o no?

-Son un arma de doble filo. Son plataformas que permiten relacionarse, pero no teniendo que exponerse de un modo público. La distancia que ofrecen aplicaciones como puede ser WhatsApp favorece que los afectados puedan enfrentarse al miedo que les produce la relación social. Pueden ser un primer paso en la terapia, el problema está cuando se quedan encerrados en ese mundo y no continúan dando pasos para salir de ahí.

-Entonces, como primer paso, son una buena técnica terapéutica para estos enfermos

-Unas terapias que tienen eficacia son las técnicas de exposición al miedo, que se aplican tanto en este como en otros casos. Por ejemplo, alguien que tiene miedo a hablar con desconocidos, puede dar un primer paso que es hacerlo bajo el anonimato que puede dar una red o el correo electrónico. Cuando son capaces de hacer eso pueden dar otro paso, que es relacionarse con otra persona. Estar en un grupo pequeño es otro paso. Pero hay muchos tipos de miedo. Desde a relacionarse con la familia, a la hora de ligar...

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