«No somos unos cerebritos»

Luís Pousa Rodríguez
Luís POusa REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Pinto&Chinto

A sus veinte años, Inés Prado acaba de convertirse en la primera mujer en tres décadas que gana el Campeonato Gallego Absoluto de Ajedrez

28 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A Inés Prado (Ferrol, 1997) le gusta la música de Mägo de Oz y la poesía de Borges. Pero su auténtico ídolo es Magnus Carlsen, el actual número uno mundial del tablero. A sus veinte años, Prado acaba de convertirse en la primera mujer en tres décadas que gana el Campeonato Gallego Absoluto de Ajedrez.

-Ha hecho doblete: se ha impuesto en el absoluto y en categoría femenina. Sorprende que en un deporte como el ajedrez haya categorías femenina y masculina. ¿Por qué esta distinción?

-Yo tampoco lo entiendo, siendo un deporte mental no tiene sentido. Me imagino que es con la intención de que haya una mayor participación femenina, porque somos muy poquitas. Estoy convencida de que si se igualara el número de hombres y mujeres que juegan, poniendo el mismo interés, se obtendrían rendimientos similares.

-Ahora hay muchos colegios que ofrecen el ajedrez como actividad extraescolar: ¿empezó a jugar en la escuela?

-Mi padre me enseñó a jugar y después me apunté en el colegio, antes de formar parte de algún club.

-También cursa segundo de Ingeniería Química. ¿Cómo se compaginan los estudios y el ajedrez?

-Por semana no puedo dedicarle nada de tiempo, y los sábados juego la Liga Gallega en División de Honor con el equipo de Padrón-Golfiño. En Semana Santa, dedicaba las mañanas a mis estudios de Ingeniería Química y las tardes a la competición en el Gallego. Si algo te gusta de verdad siempre intentas hacerle un hueco.

-A los matemáticos se les suele dar bien el ajedrez. ¿Al revés también funciona? ¿Se le dan bien las matemáticas?

-Sí, se me dan bastante bien, de hecho el curso pasado obtuve una matrícula de honor en esta asignatura, pero no creo que la relación sea tan directa. Habrá gente en el ajedrez negada para las matemáticas y al revés también.

-¿Cuánto tiempo dedica a entrenarse?

-Nada, solo juego los sábados y preparo un poco antes la partida, pero con prácticas por la mañana y clases por la tarde apenas tengo tiempo.

-Se sigue viendo el ajedrez como un deporte de cerebritos. ¿Por qué?

-La verdad, no lo sé, quizá por ser un deporte tan minoritario y porque pasamos tanto tiempo pensando. Opino que no tiene que ver jugar bien al ajedrez con ser inteligente. No somos unos cerebritos. Me parece mucho más cerebrito alguien que sabe de todo en general que quien sabe jugar bien al ajedrez.

-¿Y usted es más de enrocarse o de dar jaque mate?

-Lo primero es poner el rey seguro, y después ya centrarse en el ataque.

-¿Qué le diría a quien cree que el ajedrez no es un deporte porque no es cuestión de músculos?

-Mover las piezas sin más no lo es, por eso la mayoría de la gente piensa así. Pero estar cuatro horas, o las que sean, rompiéndote la cabeza de verdad sí que cansa.

-¿Y quién es su ídolo entre los grandes jugadores de todos los tiempos?

-Magnus Carlsen, que es el número uno del mundo actualmente.

-¿Los 64 escaques son, en cierta forma, un resumen de las cosas que uno puede ver en la vida?

-Sí, de hecho algunos escritores lo dicen en sus obras; por ejemplo, Jorge Luis Borges tiene un par de sonetos que dicen que tanto el hombre como las piezas del tablero se mueven sin ver qué manos los manejan.

-Tiene 20 años, nació justo unos meses después de que, en 1996, por primera vez un ordenador, «Deep Blue», derrotase al campeón del mundo, Gary Kasparov. ¿Piensa que las máquinas pueden llegar a jugar mejor que los humanos?

-Sí, pero como nosotros no somos máquinas y nos equivocamos, opino que no siempre la jugada que ofrece es la mejor opción en la práctica.

-Y además del ajedrez y la Ingeniería Química, cuáles son las cosas más importantes de la vida para la campeona gallega de ajedrez?

-La música, los amigos, la familia y poco más.

-Hablando de música, si no le hago esta pregunta, corro el riesgo de que mi compañero Jorge Casanova me llame al orden: necesito una canción para la «playlist» de «Muy de cerca». ¿Cuál elige?

-La voz dormida, de Mägo de Oz.