«La cooperación humanitaria es el alquiler que lícitamente hay que pagar por vivir en la parte cómoda del mundo»

Carla Elías Martínez
carla elías FERROL / LA VOZ

SOCIEDAD

CESAR TOIMIL

El cirujano Pedro Cavadas relató en Ferrol algunas de sus experiencias médicas en África

20 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Si eres médico tienes la capacidad de hacer un regalo del calibre de cambiar una vida mísera por una vida nueva. Esa capacidad es un placer sublime [...]. Aliviar el sufrimiento es lo único que sobrevive cuando mueres». Es una de las reflexiones impartidas ayer por el cirujano Pedro Cavadas durante su intervención en Ferrol con la conferencia Medicina e causa humanitaria, enmarcada la Cátedra Jorge Juan que impulsa la Universidade da Coruña y la Armada. El médico expuso algunas de sus vivencias como cirujano en África para explicar su posicionamiento sobre la cooperación humanitaria. «Es el precio necesario de un alquiler que lícitamente tienes que pagar a tu especie por vivir en la parte cómoda del mundo que te ha tocado», defendió.

Expuso los límites que debe haber en la cooperación. ¿Lo primero? «Que sea útil, que sirva para algo, no solo para hacer sentir bien al que va, sino que repercuta en ayuda real de la población. Y la ayuda real es solamente alimentación, sanidad, educación y seguridad», indicó criticando «la cooperación humanitaria como lavadora de conciencias sucias, insulta a la dignidad». Como ejemplo afeó a quienes critican donaciones de millonarios como la de Amancio Ortega para material oncológico para hospitales de España. «Es loable porque es un dinero que podría haber dedicado a lo que quisiera; ya me gustaría que toda la gente que le quita mérito se lo aplicara», destacó.

Encara el futuro como hasta ahora, con viajes a Tanzania y nuevos pacientes. «Antes de ayer vinieron tres que vamos a operar aquí, los muy complicados prefiero traerlos a España. Aquí alguien se rompe un hueso y te lo arreglan, mal o bien, allí no te lo arregla nadie [...]. La sanidad pública en España es ilusoriamente buena comparada con cualquier sanidad pública de cualquier país del mundo», defendió.