Raymundo Ocaranza: «Mi sorpresa fue la excelencia de la pública»

Elisa Álvarez González
E. Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

ALBERTO LÓPEZ

Este médico mexicano llegó a Galicia hace quince años y ya ha pasado por tres hospitales en la comunidad

28 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Raymundo Ocaranza llegó a Galicia hace quince años. Javier Goicolea, en su momento jefe de Hemodinámica en Vigo, conoció a Ray en México y este se vino con él. Desde entonces ha recorrido ya tres hospitales gallegos.

-No tenía ningún lazo familiar en España ¿le dio vértigo venir?

-No, me fui de casa a los 14 años, así que estoy bastante acostumbrado a no vivir en la misma ciudad que mis padres. En México, para hacer cardiología, debes hacer antes medicina interna y también estuve en Estados Unidos. La verdad es que tras muchos años fuera te das cuenta de que unas ciudades son iguales a otras. Extraño México cuando voy a ver a mis padres y vuelvo, pero soy ciudadano del mundo y me adapto bien. De hecho, me fui con Javier Goicolea a Madrid al hospital Puerta del Hierro cuando se fue como jefe de Hemodinámica, después volví a Vigo, hasta el 2016 estuve en el CHUS, y ahora estoy en el HULA.

-México, Estados Unidos, España, ¿cambian mucho los sistemas sanitarios?

-Totalmente, son mundos totalmente diferentes. Los modelos de México y Estados Unidos son parecidos. En el sistema de EE.?UU. si eres pobre te mueres. En Latinoamérica, por ejemplo, los grandes avances tecnológicos están centralizados en las grandes ciudades, en los institutos nacionales, y el resto de los hospitales públicos prácticamente no tienen recursos. Es decir, los avances están en los grandes institutos o en la medicina privada, mientras que aquí en España hay sanidad privada muy buena, pero la pública es la que tiene realmente los avances médicos y a donde llegan las últimas tecnologías. La sorpresa fue la excelencia de la pública aquí.

-¿Ve mucha movilidad, extranjeros que vienen o gallegos que se van?

-Me llama la atención que los gallegos, que históricamente han emigrado tanto, ahora no quieren moverse. Me ha sorprendido que incluso los residentes, que son de generaciones jóvenes, lo pasan mal cambiando de ciudad. Es curioso. Yo sigo viviendo en Santiago y voy a Lugo todos los días, tengo mentalidad de mexicano: mi hermano hace dos horas y cuarto a diario para llegar a su trabajo.

-¿Volvería a tomar la misma decisión?

-Lo repetiría tres mil veces. Cuando finalicé mi tesis doctoral, una de las dedicatorias fue: para el país que me vio nacer y para este, que me permitió hacer mi vida.