Legado Capdevila

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua LA TRAPALLADA

SOCIEDAD

13 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

De entre todas las cosas que dijo esa máquina de titulares que era Carles Capdevila, y mira que dijo, hay una que sustenta todas las demás: «La educación empieza cuando ocurren cosas». Hasta ese momento -y ese momento es el suspenso, la caída de la bici, el arañazo, las decisiones, las celebraciones...- la educación no hace falta. Se lo razonó en el suplemento YES a Ana Abelenda, en una entrevista que consulto de vez en cuando porque es -junto con el famoso vídeo de Gestionando hijos, que ha dado varias veces la vuelta a España de Whatsapp en Whatsapp- el mejor manual de educación que he leído. 

Carles Capdevila se murió el otro día. Demasiado pronto, a los 51. Dejó un legado infinito. Muchos de los que nunca se habían cruzado con él expresaron su consternación y su estupor en distintos medios por esa prematura pérdida. Porque, en este momento de la historia en el que parece necesario buscar lo esotérico detrás de cada experiencia vital, Capdevila le ponía tanto sentido común a todo esto de la paternidad y de la educación, le aplicaba tanta normalidad, que sus palabras parecían revolucionarias. La clave de la educación la dijo también en el YES: «No tomarse muy en serio a uno mismo. Y dejar de lamentarse, divertirse educando. Sentido del humor». No dejen de leerlo.