Derecho a respirar: denuncia al Estado por contaminación atmosférica

Alexandra f. coego PARÍS / E. LA VOZ

SOCIEDAD

Vista general del distrito de negocios La Defensa, en París
Vista general del distrito de negocios La Defensa, en París YOAN VALAT | EFE

La francesa de 56 años con problemas respiratorios sostiene que sus ingresos hospitalarios tienen un vínculo directo con los episodios de polución en París

25 jun 2017 . Actualizado a las 09:53 h.

A la francesa Clotilde Nonnez, de 56 años, le cuesta respirar. Sus problemas respiratorios comenzaron en 1979, cuando dejó su Bretaña natal por la capital. Pese a los tratamientos a base de corticoides, antibióticos y curas termales para paliar su asma, pneumopatías, sinusitis y bronquitis crónica, las hospitalizaciones de Nonnez, exbailarina del famoso cabaré parisino Crazy Horse, se suceden. «Una decena, normalmente de al menos diez días», explicó al diario Le Monde. La última data del episodio de polución de diciembre del 2016, durante el cual fue hospitalizada por una crisis de insuficiencia respiratoria aguda. A la mañana siguiente a su hospitalización, su médico estimó que la contaminación del aire tenía un «vínculo directo con el episodio de polución». El certificado que escribió es uno de los papeles que conforman la demanda que Nonnez ha puesto al Estado, siendo la primera de este tipo.

Su abogado, François Lafforgue, acaba de depositar la demanda en el tribunal administrativo de París por «falta culpable» al «derecho a respirar un aire que no pone la salud en peligro», asegurado por el código nacional del medio ambiente.

«Implicamos la responsabilidad del Estado porque consideramos que las deudas médicas que sufren las víctimas de la polución son el resultado de la inanición de las autoridades administrativas contra la polución del aire, que causa cada año la muerte prematura de 48.000 personas en Francia», indicó Lafforgue, que cuenta con una amplia experiencia en casos de sanidad pública. El abogado también precisó que una veintena de recursos están listos para presentarse en los tribunales de los alrededores de París, en otras grandes urbes como Lyon y Lille y en el valle del Arve, en Alta Savoya. A los pies del Mont Blanc, esta pequeña localidad está más contaminada que la capital, con 60 muertes prematuras ligadas a la polución al año.

Tras su hospitalización en diciembre del 2016, Clothilde Nonnez, profesora de yoga, ha debido moldear su vida en torno a los tratamientos para evitar otra crisis. Cinco meses de colchicina, que produce alteraciones digestivas, tres sesiones de terapia respiratoria a la semana y un antibiótico diario que deberá tomar el resto de su vida para prevenir las infecciones bronquiales. «Estoy envejeciendo, un día no podré hacer todo esto y me veré obligada a dejar París para no dejarme el pellejo», lamentó, añadiendo: «No hay ni un día en el que esté bien». «Pero mi abogado me explica que no soy yo quien tiene que irse, sino que es el Estado quien tiene que pagar». Pide una compensación por daños de 140.000 euros.

«Este combate es para mejorar la vida de todos», concluyó Nonnez. Para apoyar su denuncia, la asociación Respira, Ecología sin Fronteras y Generaciones futuras han recogido durante tres años cerca de 600 testimonios de víctimas de la contaminación del aire. «Las víctimas son como la polución: invisibles» denunció Olivier Blond, presidente de Respira.