Bugallo obtiene el respaldo fiscal de la oposición, pero le piden más medidas

r. martínez SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

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El Concello celebró su primer pleno telemático en un tono colaborador ante el covid-19

26 abr 2020 . Actualizado a las 01:14 h.

Con el pésame a las familias de los fallecidos y una mención especial a Dositeo Rodríguez, quien fuera portavoz del PP en Raxoi. Así arrancó ayer, tras un minuto inicial de silencio, el primer pleno telemático de la corporación municipal, una sesión habilitada para tratar exclusivamente sobre la adopción de medidas fiscales motivadas por la pandemia del coronavirus. Solo cinco concejales (los portavoces y la edila de Facenda), el secretario municipal y el alcalde se dieron cita en Raxoi a una distancia más que prudencial entre ellos. Los demás ediles participaron telemáticamente, aunque solo intervinieron para manifestar su voto en línea con las intervenciones de los responsables de sus grupos, que en ningún caso cuestionaron las propuestas socialistas por su contenido.

Sí coincidieron en señalar su insuficiencia, tanto como en reconocer al alcalde que desde el primer momento se haya volcado con la ayuda social de emergencia. Pero tampoco dejaron de observar que las necesidades en este sentido, y en el apoyo que requieren los sectores más afectados económicamente, no acabarán con el levantamiento del estado de alarma. Esa «insuficiencia» fue la que llevó al BNG a abstenerse en la modificación de la ordenanza general de gestión, recaudación e inspección de los tributos y en la modificación de las bases de ejecución de los presupuestos, que permitirán al gobierno alterar el calendario fiscal, compensar la tasa de terrazas por el tiempo que no tengan actividad y deducir por ese mismo período la cota variable de la tasa de recogida de basura a los establecimientos cerrados, además de rebajar de 300 a 150 euros la deuda fiscal con el Ayuntamiento para poder aplazar o fraccionar pagos tributarios.

También Compostela Aberta (CA) se abstuvo en el primer punto. En el segundo sumó su voto a los del PSOE y el PP, que, pese a calificar de «detallitos fiscales» las propuestas socialistas, optó por acompañar al gobierno «con un sí próximo y no una abstención que pudiese resultar distante». En tono colaborador, con la mano tendida -«hoy más que nunca usted es mi alcalde y el de los concejales del PP» (Sánchez Brunete); «por riba das posicións de parte está a cidade» (Martiño Noriega); «temos que traballar como un conxunto» (Goretti San Martín)- y el rol fiscalizador «aparcado», la oposición entiende que hay margen para más, ya sea a través del supéravit municipal y la reconducción de fondos que no se ejecutarán en obras o en promoción. También para el plan de reactivación económica, que aunque no fue objeto de debate plenario, igualmente ven escaso.

El alcalde contrapuso que se desconoce aún qué destino admitirá Madrid para el superávit; que Raxoi debe conjugar la minoración de ingresos con los gastos excepcionales por el covid-19 (unos 100.000 euros semanales); y que lo que se deje de ingresar por servicios que se siguen prestando y pagando repercutirá en el ciudadanos. Sobre el plan de reactivación, dice que de momento sale con lo que pueden para agilizar la convocatoria de ayudas, y que ya se verá qué margen deja Madrid con el superávit. Bugallo agradeció el apoyo de la oposición y ve una oportunidad en el año santo.