«Acabo de comer en un restaurante de A Coruña y nadie me pidió el certificado»

Toni Silva MESÍA / LA VOZ

SOCIEDAD

Los clientes de Casa Zapateiro, con su certificado. Como muestra de apoyo al dueño del bar, sus clientes posaron con los documentos que la Xunta exige para entrar en la hostelería.
Los clientes de Casa Zapateiro, con su certificado. Como muestra de apoyo al dueño del bar, sus clientes posaron con los documentos que la Xunta exige para entrar en la hostelería. Marcos Míguez

El cliente que presentó una reclamación en Mesía dice que nunca se lo exigen

27 ene 2022 . Actualizado a las 15:53 h.

El conflicto entre el dueño de Casa Zapateiro y unos clientes sin certificado covid ha convertido a este local en el centro del debate sobre las obligaciones y los derechos en tiempos de pandemia. Fernando García, propietario del bar de Mesía, negó el acceso a una pareja por no mostrar el documento preceptivo, y estos presentaron una reclamación, lo que provocó largos minutos de tensión entre ambas partes resueltos tras la llegada de la Guardia Civil.

El cliente se puso en contacto con este periódico para dar su versión de lo ocurrido en Mesía, además de explicar el trasfondo de la reclamación. «Le expliqué al dueño que lo que hacía (pedir el certificado covid) era ilegal», señala el vecino de Salceda de Caselas, de nombre José Antonio, y quien repele que se le tache de «negacionista».

«Yo no he dicho que no tenga el certificado covid, simplemente defiendo mi derecho a no mostrarlo, es como si entras en un local y te preguntan si tienes sida, por eso quería presentar la reclamación, porque a nadie le importa lo que yo haga con mi vida», señala José Antonio, cuya primera reacción en el bar de Mesía fue pedir el DNI a la camarera que le exigió el certificado covid. «Lo hice por si aquello iba a derivar en una acción legal», añade. Niega que hubieran sido desalojados por la Guardia Civil. «Fueron muy amables con nosotros».

—¿Consigue entrar en locales sin presentar el documento?

—Sí, siempre. Hoy mismo [por ayer] acabo de comer en un restaurante de A Coruña y nadie me lo ha pedido.

A la hora de redactar la reclamación, José Antonio citó varios artículos de la Constitución, del Código Civil, la Ley de Protección de Datos o la Declaración de Derechos Humanos, entre otros, para argumentar su negativa a mostrar sus vacunas.

El bar lleno de cámaras

Mientras, a Fernando se le llenó el bar de cámaras de televisión y llamadas de compañeros que le felicitaban por mantenerse firme a la hora de cumplir las normas. «Tamén me deron paus nas redes», señala el hostelero, quien tuvo que leer alusiones como el «pasaporte covidnazi», o mensajes como «Nunca he ido a ese bar, pero después de lo sucedido no pienso ir».

Quien sí va todos los días es Camilo Marzoa, un cliente habitual que asegura que Fernando, el dueño, «leva todo a rajatabla desde o primeiro día». «É moi difícil coller o covid en Casa Zapateiro», ironiza. Marzoa fue testigo del encontronazo del pasado viernes. «Despois de chegar a Guardia Civil ao local, a parella aínda tardou cinco minutos en saír, dicía que a Constitución lles daba a razón», comenta este vecino de Mesía.

En las redes sociales y en los comentarios de la web de La Voz de Galicia hay defensores y detractores de ambas partes. En medio de la vorágine por encontrarse en el centro del debate, el dueño de Casa Zapateiro rescata un momento vivido ayer que le insufla «esperanza». «Esta mañá entrou un señor co certificado na man e pediu un café. Entón díxome que a súa muller estaba no coche porque esquecera a máscara, que se lle podía dar unha, e claro que lla dei, están para os clientes. Sabes o que é iso? Iso é civismo», concluye Fernando García.