Elon Musk dejará la dirección de Twitter en manos de la ejecutiva Linda Yaccarino

Fernando Morales MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Elon Musk, en enero del 2023 en Washington
Elon Musk, en enero del 2023 en Washington JONATHAN ERNST | REUTERS

El hombre más rico del mundo cederá el cargo de CEO en seis semanas y afirma que transformará la plataforma «en X, la app para todo»

27 may 2023 . Actualizado a las 23:58 h.

Movimiento tectónico en Twitter. Tras cumplirse un poco más de un año del inicio del proceso de compra de la compañía por parte de Elon Musk, el multimillonario ha anunciado que deja el cargo de CEO en seis semanas. En el plazo de seis semanas una mujer, Linda Yaccarino, dirigirá operativamente la compañía como CEO o directora ejecutiva y se ocupará de la parte del negocio. Sin embargo, él se reserva una buena parte de las responsabilidades de la red -que nombra como X/Twitter-, concretamente «la presidencia ejecutiva, la jefatura de tecnología, la supervisión de productos, el software y operador de sistemas».

En un breve mensaje en su cuenta de Twitter, el hombre más rico del mundo detalló las nuevas responsabilidades de su sucesora en el cargo. Musk seguirá como presidente ejecutivo y responsable tecnológico de una compañía que adquirió por 44.000 millones de dólares tras un largo tira y afloja de negociaciones y cuyo proceso de compra, que a punto estuvo de acabar en los tribunales, finalizó en noviembre.

Medios estadounidenses como The Wall Street Journal adelantaron que la sustituta es la ejecutiva Linda Yaccarino, jefa de publicidad de la cadena de televisión NBC Universal. Su nombre se ha hecho oficial en la tarde este viernes tras el anuncio del propio Elon Musk.

«¡Estoy muy emocionado por dar la bienvenida a Linda Yaccarino como nueva consejera delegada de Twitter!», ha informado Musk en un tuit. 

Este mismo viernes, Linda Yaccarino había comunicado a NBCUniversal su decisión de abandonar «con efecto inmediato» la compañía, donde desempeñaba el cargo de jefa de publicidad, lo que anticipó la inminente confirmación pública de su nombramiento.

Musk añadió en el mensaje: «Estoy deseando trabajar con Linda para transformar esta plataforma en X, la app para todo».

Un mes después de la compra de la tecnológica, fue el propio Musk quien preguntó a través de la red social si debía seguir siendo dueño de la compañía. Y perdió. Fue un domingo de diciembre cuando sorprendía con una encuesta en la que preguntaba si «debería dimitir como presidente de Twitter» y aseguraba que acataría los resultados. Y los usuarios de su «gran plaza social» hablaron, o más bien votaron. El 57 % de los más de 17 millones de votantes prefirieron que lo deje, poniendo al también dueño de Tesla en una situación comprometida. ¿Dejará de verdad el cargo? Es la gran pregunta a la que en ese momento no había respuesta. Ahora anuncia que no deja de ser dueño, pero sí cede las riendas a una nueva dirección. Es decir, Musk no abandonará la empresa, sino que como ya dejó ver en tuits posteriores a la publicación de la encuesta, la dejará en manos de una persona ejecute una compañía que, según él mismo, está «en el carril rápido» hacia la bancarrota.

Decisiones polémicas

Y es que el breve paso de Musk por la planta noble de las oficinas de Twitter está lleno de polémicas decisiones. Fue el pasado 27 de octubre cuando accedió a la sede central con un lavabo entre los brazos, lo que podía entenderse como la revolución que iba a montar. Con esa declaración de intenciones, los movimientos no tardaron en llegar. El primero, y uno de los más comprometidos fueron los despidos masivos, a través de correos electrónicos, que ejecutó la dirección de la empresa tan solo unas horas después del cambio en la dirección. Tal fue el volumen que tuvieron que acabar readmitiendo a cientos de trabajadores debido a la falta de personal.

Pero solo pasaron cinco días desde su llegada a la dirección cuando anunció que Twitter cobraría ocho dólares al mes por contar con la cuenta verificada, lo que generó una gran polvareda en el muro de la red social así como en el seno de muchas empresas y anunciantes que vieron peligrar su pájaro azul con el que la red distingue las cuentas oficiales. Esta medida entró en vigor hace apenas dos semanas, lo que muchos usuarios criticaron como una nueva vuelta de tuerca a la desinformación que reina en Twitter y al riesgo que suponía acabar con una forma de identificar a las cuentas oficiales.