Uno de cada seis españoles respira aire que supera los límites legales de polución

alfonso torices MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

contaminación, polución .Vista general de Oviedo, cubierto de nubes y con las montañas nevadas al fondo
Vista general de Oviedo, cubierto de nubes y con las montañas nevadas al fondo J.L.Cereijido

Galicia es la segunda por la cola en cuanto a habitantes afectados

21 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El aire razonablemente limpio que se respiró en las ciudades españolas durante la pandemia se ha esfumado. Fue un espejismo. El fin de la limitación de movimientos y la reactivación económica, con el consiguiente descenso del teletrabajo y el retorno al uso masivo del vehículo privado, unido al avance del cambio climático, provocaron el año pasado un fuerte repunte de la contaminación atmosférica en España y acabaron con el paréntesis registrado entre mediados del 2020 y el 2021, cuando los urbanitas inhalaron el aire más sano de los últimos 30 años.

Con el retorno a los atascos, con las fábricas y el comercio funcionando al 100 % y con las cada vez más frecuentes y tempranas olas de calor, en el 2022 se vivió un aumento muy significativo de la concentración de partículas en suspensión —los minúsculos polvos tóxicos que agravan las enfermedades respiratorias y cardiovasculares— y un crecimiento, aunque más moderado, del dióxido de nitrógeno (NO2) —el veneno que lanzan los tubos de escape y las chimeneas— y del ozono troposférico. Es la radiografía de la falta de calidad del aire que Ecologistas en Acción elabora cada año con los datos de 780 estaciones oficiales de medición.

El año pasado, el más seco y caluroso desde que hay registros, favoreció la llegada masiva de contaminación por partículas, sobre todo del norte de África, con los peores episodios en Canarias, donde se vivieron los días más negros de la década. Las tres olas de calor del verano estuvieron también detrás del aumento del ozono. «El cambio climático se confirma como un factor de primer orden en el agravamiento de los episodios de mala calidad del aire», señala Miguel Ángel Ceballos, coordinador del informe. No obstante, aclara, «el factor esencial para explicar el repunte» es el aumento de la quema de combustibles fósiles provocado por la vuelta del tráfico, del alto consumo energético y de la hiperactividad fabril.

El empeoramiento es mensurable. Utilizando el criterio más conservador, se puede afirmar que uno de cada seis españoles respiró de forma habitual aire que supera los límites legales de contaminantes. Son dos millones más de ciudadanos con su salud en riesgo que un año antes, lo que supone un repunte de casi el 36 %.

Pero, si en vez de atender a los límites legales para el NO2, las partículas en suspensión y el ozono, se tienen en cuenta las tasas máximas de tóxicos que la UE permitirá en 2030, serían cuatro de cada cinco españoles, el 80 % del país, los que hoy respirarían ya aire contaminado. Si se usan para la medición los máximos más restrictivos, los de la Organización Mundial de la Salud, a partir de los cuales el organismo considera que se eleva notablemente el riesgo de desarrollar enfermedades graves, la totalidad de España estaría inmersa en zona de peligro.

En Galicia, la calidad del aire empeoró con respecto a los años 2020 y 2021, con un aumento de los niveles de ozono troposférico, y más matizado de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5) y dióxido de nitrógeno. Tres de cada diez gallegos respiraron el año pasado un aire que incumpliría los nuevos estándares legales propuestos por la Comisión Europea para el 2030. En concreto, 836.886 habitantes, el 31,1 %, con lo que Galicia se sitúa como la segunda comunidad, solo por encima de Castilla y León, con el porcentaje inferior de habitantes afectados. En el conjunto de España, dos millones de personas están en esta situación.

Los estudios más recientes indican que el agravamiento del asma, del cáncer de pulmón, de los infartos e ictus, de la enfermedad obstructiva crónica y de patologías neurodegenerativas como el párkinson o el alzhéimer provocados por la inhalación excesiva de NO2, micropartículas PM2,5 y ozono matan a 69 españoles cada día (unos 25.000 al año), y acortan la vida de la población una media 2,2 años.