El 18% das viviendas en las que se han realizado mediciones supera el umbral de seguridad. La exposición al radón es un factor de riesgo en el desarrollo de cáncer de pulmón pero prácticamente en el 100 % de los casos se pueden reducir niveles
23 jun 2023 . Actualizado a las 12:01 h.Es incoloro, inodoro, insípido y supera el umbral de seguridad en el 18 % de las casi 6.100 mediciones que se han realizado en Galicia. El gas radón además es un factor de riesgo en la posibilidad de desarrollar cáncer de pulmón y por eso en necesario conocer el nivel de exposición de la población. Para eso sirven los mapas que elabora el Laboratorio de Radón de Galicia, que acaba de presentar la actualización de esta cartografía y que en esta ocasión permite caracterizar en buena parte del territorio gallego los niveles de radón en domicilios y lugares de trabajo.
Las provincias con mayor nivel de exposición son Ourense y Pontevedra (con alrededor de un 23 % de mediciones por encima del umbral de riesgo, establecido en 300 bequerelios por metro cúbico) y que menor nivel arroja es Lugo. Las características geológicas de Galicia hacen que tenga mayor nivel de radón, pero eso no quiere decir que un hogar dentro de un municipio de riesgo vaya a tener niveles altos de radón ni que se vaya a desarrollar cáncer de pulmón seguro porque la vivienda o el lugar de trabajo presente niveles por encima de los umbrales establecidos.
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El epidemiólogo Alberto Ruano hacía una comparación sencilla: con el radón ocurre igual que con tomar el sol: no todo el mundo que va a la playa sin protección solar acaba desarrollando melanoma. Además, el principal factor de riesgo para padecer cáncer de pulmón es el tabaquismo. Fumar incrementa 20 veces la posibilidad de tener un tumor pulmonar, mientras que la exposición al gas radón supone entre 1,5 y 2 veces más riesgo.
España es el país de Europa con mayor evidencia epidemiológica en la relación entre radón y cáncer y dentro del territorio nacional, los mapas de Galicia son los más completos con diferencia. La actualización de las mediciones del 2019 que ha presentado el Laboratorio de Radón este jueves dejan a Vigo como el municipio de España con mayor número de mediciones (622) y permite en buena parte del territorio gallego conocer la concentración de radón a nivel de secciones censales.
Todos los concellos de Galicia tienen al menos dos mediciones de radón, a excepción de Xermade, que tiene una, y en el conjunto de Galicia se han realizado más de 6.000 mediciones. El mapa de España tiene unas 12.000 y el de Portugal unas 3.500, lo que da la medida de la calidad de los datos del territorio gallego. La idea es completar por secciones censales la caracterización del radón. Cualquier municipio debe tener al menos dos mediciones. Si la sección censal tiene más de 1.500 habitantes se añade otra medición y si tiene entre 2.001 y 2.500 otra adicional (un total de de cuatro).
Eso permite llegar al nivel de detalle de que en Santiago (más de 300 mediciones) la concentración de radón es más alta en el casco histórico y en las zonas aledañas al monte Pedroso, mientras que es más baja hacia la zona de Lavacolla. En A Coruña también el casco histórico presenta los niveles más altos. Al contrario de lo que se puede pensar, el hecho de que las viviendas estén construidas en piedra no es la causa de tener concentraciones de radón más altas. La explicación pasa por que son viviendas antiguas, con peor aislamiento del subsuelo lo que a priori hace que el radón pueda penetrar con mayor facilidad.
¿Se puede reducir la exposición al gas radón?
«Prácticamente en el 100 % de los casos se puede reducir la exposición a radón», explican los responsables de informe. Hay casos en los que es más complicado, como en el patrimonio histórico, porque limita la capacidad de hacer intervenciones arquitectónicas, o puestos de trabajo que estén bajo rasante, como por ejemplo cuevas turísticas.
Uno de los lugares en los que se han puesto medidas para reducir la concentración de radón es en la Torre de Hércules, según explicaba el director del Laboratorio de Radón de Galicia, Juan Barros,que recalcaba que en ocasiones hay que buscar soluciones más imaginativas que la ventilación forzada, como puede ser el caso de poner puertas herméticas en algunas áreas (como el garaje) para impedir el paso del radón.
Donde también es importante analizar y reducir de ser necesario los niveles de radón es en los centros de trabajo. La Unión Europea desarrolló en el 2014 una directiva que obligaba a los estados miembro a trasponerla a su legislación antes del fin del 2018. Portugal cumplió con los plazos, pero en España no se completó el proceso hasta finales del año pasado.
La normativa obliga a tomar medidas para evitar concentraciones de gas radón en la vivienda nueva, pero no en la ya construida anteriormente, a no ser que se haga una reforma sustancial del inmueble. En algunos países se realizan mediciones en las viviendas para que el posible comprador pueda saber las concentraciones de radón que hay en el inmueble. Es el caso de Estados Unidos, según destacaba Ruano durante la intervención. El Gobierno no tuvo en cuenta esta recomendación realizada desde el Laboratorio de Radón de Galicia.
¿Cómo se reducen las concentraciones?
La variabilidad de las intervenciones para reducir las concentraciones y sus costes son amplias y de hecho el Instituto Galego da Vivenda e Solo cuenta con guías para afrontar esta cuestión. En casos en los que se supera levemente el umbral de 300 bequerelios por metro cúbico, una solución que puede se eficaz es la ventilación del espacio, aunque en la mayor parte de los casos será necesaria la ventilación forzada.
Toda reducción de la concentración del radón, aunque siga por encima del umbral de riesgo, es una reducción en el riesgo, resaltaba durante la presentación del mapa actualizado de Galicia Inés Mato, subdirectora xeral del Programa de Control de Riscos Ambientais para a Saúde.
El 70 % del territorio gallego tiene un potencial elevado de radón, pero no es el único lugar del mundo. En el norte de Madrid, una zona muy densamente poblada, hay también altas concentraciones de este gas, al igual que en la mitad de Extremadura o en el centro de Reino Unido, el macizo francés o los Apalaches estadounidenses. «La gente vive con normalidad y no ocurre nada», explicaba Ruano. Simplemente, las mediciones de radón suponen una herramienta de información para la población para limitar la exposición.