Los mil misterios del dolmen de Pedra Cuberta

X. Ameixeiras, C. Viu CARBALLO / LA VOZ

SOCIEDAD

Fernando Carrera, este viernes, tomando las últimas fotos del dolmen antes de ser cubierto de nuevo.
Fernando Carrera, este viernes, tomando las últimas fotos del dolmen antes de ser cubierto de nuevo. Basilio Bello

El megalito excavado en 1933 por el filonazi Georg Leisner, que se llevó el «tesoro», muestra una gran riqueza pictórica y piezas de épocas diversas

10 oct 2023 . Actualizado a las 21:54 h.

El dolmen de Pedra Cuberta, en Treos (Vimianzo), lleva 90 años deparando sorpresas. Lo excavaron en 1933 el arqueólogo alemán Georg Leisner y su mujer Vera. A pesar de que once años antes había sido dinamitado por el trabajador de una mina de caolín para extraer piedras, el germano descubrió lo que en su momento eran los primeros restos pictóricos del megatilismo del norte peninsular. Noventa años después, una campaña patrocinada por la Xunta ha permitido confirmar que el monumento conserva las pinturas admiradas por arqueólogos de toda Europa y que destacan por su cantidad y su «calidad técnica e iconográfica», según uno de los principales especialistas en la materia en España, Fernando Carrera. Este, junto con Lino Gorgoso y Ramón Fábregas, encabezaron la intervención que terminó el viernes.

Sin embargo, los misterios de Pedra Cuberta no se quedan ahí. Las excavaciones han permitido extraer una piedra con grabados puntiformes con la misma simbología que algunos frescos. Y apareció, asimismo, una especie de pequeña estela de carácter antropomorfo que los especialistas examinan con mucha atención, al tiempo que las operaciones de fotogrametría parecen adivinar petroglifos. Uno de ellos podría ser la figura que ya se repite en los megalitos de Dombate, Pedra da Arca (entre Vimianzo y Dumbría) o Chan da Embarrada (Coristanco), la famosa Cousa, The Thing. Confirman Carrera y Gorgoso que analizan, asimismo, si las losas que forman parte del dolmen son producto de una reutilización anterior.

Piedra con un grabado puntiforme que apareció con las excavaciones y cuyos motivos se repiten también en las pinturas del megalito.
Piedra con un grabado puntiforme que apareció con las excavaciones y cuyos motivos se repiten también en las pinturas del megalito. Ana García

La excavación comenzó a principios de mes en la cámara y el corredor. El resultado no pudo ser mejor. Las pinturas divulgadas por Leisner en 1934 continuaban allí. Habían quedado abandonadas y maltratadas. El dolmen, que fue datado entre el 3950 y 3640 antes de Cristo, sufrió un tratamiento deplorable a lo largo del tiempo, pero conserva intacto su valor pictórico. Revela el colectivo A Rula, dedicado a la divulgación del arte rupestre, que en 1957, el arqueólogo Ramón Sobrino Lorenzo le escribe a Leisner: «Ustedes ya se habían llevado el tesoro». No está claro a qué tesoro se refiere. El germano, que tenía conocimientos de geología, mineralogía e idiomas, enviaba informes sobre minas de wolfram a los nazis.

Detalle de una de las pinturas que fueron restauradas por el equipo dirigido por el especialista Fernando Carrera
Detalle de una de las pinturas que fueron restauradas por el equipo dirigido por el especialista Fernando Carrera EQUIPO FERNANDO CARRERA

Hallazgos sorprendentes en un megalito repintado con albúmina como aglutinante

La tapa superior y dos de las losas laterales del dolmen volaron con la dinamita y en el interior quedaron esparcidos trozos de roca con restos de pigmentos. Las demás piedras del megalito tienen pinturas, de «importancia a escala mundial», recalca Carrera. Son motivos geométricos, líneas onduladas en vertical y horizontal. Existen también, con carácter puntual, una especie de círculos concéntricos, triángulos y otras formas menos reconocibles. Una de esas piezas podría ser la reproducción de un sol, en una interpretación un poco aventurada. Destaca, por otra parte, el carácter continuo de las decoraciones, que parecen «prolongarse dunha pedra noutra e mesmo nos dorsos», según se describe en el proyecto de intervención.

Explica Carrera que estos monumentos fueron utilizados a lo largo de mucho tiempo, de acuerdo con sus necesidades, por lo que fueron objeto de ampliaciones y reformas, como sucedió durante la historia con muchas iglesias. De modo que se aprecian repintados o restauraciones de las manifestaciones artísticas del conjunto. El especialista defiende, al contrario que Leisner, que este conjunto pictórico no responde únicamente a una necesidad de decoración exclusivamente, sino que lleva implícito un mensaje.

Otro valor del dolmen de Pedra Cuberta, que dio lugar al nombre de la aldea en el que se encuentra es que, en este caso, en vez de utilizar grasa de vaca como aglutinante orgánico, el artista o artistas utilizaron albúmina de huevo, de ahí la extraordinaria resistencia de las pinturas pese al maltrato recibido y al haber quedado algunas a la intemperie.

Carrera destaca que la degradación del monumento se agravó en las últimas décadas. Gorgoso se felicita por el éxito de la campaña, que terminó con la restauración de los frescos y su consolidación. Este viernes fueron cubiertos de nuevo a la espera de un proyecto con el que se puedan musealizar.

Román Rodríguez, conselleiro de Cultura, afirma que se trata de «un xacemento de especial importancia porque foi o primeiro do noroeste peninsular no que se documentaron pinturas megalíticas». La intervención, que lleva a cabo en colaboración con la Universidad de Santiago, tuvo por objeto conocerlo mejor y su estado «de cara a súa futura posta en valor». Pedra Cuberta se convierte así en una joya del megalitismo, ahora de nuevo enterrada.