La tecnología va más rápido que la legislación, tenemos que ser más ágiles

Amparo Alonso CATEDRÁTICA DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL DE LA UDC

SOCIEDAD

Foto de familia de los líderes asistentes a la cumbre de Bletchley
Foto de familia de los líderes asistentes a la cumbre de Bletchley TOBY MELVILLE | REUTERS

03 nov 2023 . Actualizado a las 16:13 h.

E En esta semana estamos asistiendo a varios eventos relevantes relacionados con la regulación en Inteligencia Artificial. La Unión Europea empezó a dar pasos en cuanto a la necesidad de una regulación para esta tecnología ya en 2018. Frente a otras visiones, se mantuvo que tuviese en cuenta el cumplimiento de los derechos humanos y situase a las personas en el centro. Desde entonces, hemos asistido a la publicación de las directrices para una IA confiable, así como a la propuesta de regulación sobre IA y sobre datos, AI Act y Data Act, respectivamente. La regulación en materia de inteligencia artificial, el IA Act, se ha discutido en el Parlamento Europeo durante los últimos meses, incorporando algunas cuestiones relacionadas con recientes disrupciones en el campo, como las que ha acarreado la IA generativa, con herramientas que todos conocemos como ChatGPT, DALLE, o Midjourney, y se prevé su aprobación para finales de este 2023. Primera lección, un recordatorio, la tecnología va más rápido que la legislación, necesitamos ser más ágiles.

Mientras tanto, EE. UU. hizo una propuesta en Octubre de 2022, un paso importante ya que es el país del mundo en donde se ubican la mayoría de las grandes multinacionales que ostentan un monopolio en la práctica en la s grandes aplicaciones de IA. Unas multinacionales que tras las últimas y exitosas aplicaciones en IA, y junto con destacados investigadores en el campo, pedían una regulación internacional y una moratoria en el desarrollo de la IA. Recientemente, en Octubre de 2023, con mayor agilidad que la demostrada por la UE, la administración Biden ha publicado una orden para una IA segura, fiable y que requiere ciertas garantías en cuanto a las pruebas realizadas a los sistemas y otras informaciones críticas relevantes, así como el desarrollo de medidas de protección para las personas en cuanto a los riesgos éticos de la tecnología. China por su parte adoptó ya durante el año 2022 legislación en sistemas de recomendación e IA generativa. Segunda lección, nos estamos quedando atrás, y si bien es cierto que es importante poner en valor que fuimos pioneros en el tema, y que lo importante es hacerlo correctamente, estamos cediendo el protagonismo a otras zonas del mundo. El AI Summit en Bletchley Park, que reúne a a empresarios, científicos y tecnólogos de primer nivel, y políticos tiene un doble valor. Un valor simbólico, por ser el lugar donde Turing, el padre de la IA, trabajó y desarrolló sus aplicaciones para romper el código alemán durante la II Guerra Mundial. Pero sobre todo tiene un valor operativo porque reúne a las distintas entidades que deben trabajar para impulsar el consenso que necesitamos a nivel internacional que nos permita aprovechar el inmenso poder que ofrece la IA en cuanto a crecimiento económico y progreso científico y social, pero a la vez siendo conscientes de los riesgos que puede entrañar el desarrollo no responsable de la misma, así como la posibilidad de crear enormes brechas económicas y sociales entre los distintos países, en función de su acceso a la tecnología y su regulación. Y primero, lo urgente: tendríamos que centrarnos en los aspectos de riesgo que ya conocemos y que podemos abordar: acceso y propiedad de los datos, explicación y transparencia, privacidad, posibles sesgos, repercusiones en el empleo, etc. cuestiones relevantes en las que podamos actuar conjuntamente con la necesaria rapidez.

En un mundo cada vez más interconectado y dependiente de la tecnología, en especial de la IA, esta colaboración global es imperativa, así como una regulación internacional en esta área. Somos personas que viven un cambio entre revoluciones, la vieja revolución industrial agoniza, y la nueva revolución en inteligencia artificial es aún muy joven, necesita de una guía para garantizar que la IA trabajará en beneficio de toda la humanidad, y esta regulación es el camino hacia un mundo más seguro, fiable y justo para todos.