Llega a las farmacias gallegas el segundo fármaco financiado para dejar de fumar

María Viñas Sanmartín
maría viñas REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Roi Yáñez, de la Farmacia Rey Torres, en el barrio de Esteiro, en Ferrol, con una caja de Recigarum.
Roi Yáñez, de la Farmacia Rey Torres, en el barrio de Esteiro, en Ferrol, con una caja de Recigarum.

Recigarum tiene el mismo principio activo que Todacitan, que baja de precio

04 nov 2023 . Actualizado a las 11:32 h.

El segundo fármaco para dejar de fumar financiado por el sistema nacional de salud ya está disponible en farmacias. Se llama Recigarum y contiene el mismo principio activo que el Todacitan, cubierto por la Seguridad Social desde el pasado febrero. Ambos son citisiniclina, también conocida como citisina, un alcaloide vegetal con una estructura química similar a la de la nicotina que simula sus efectos en el cerebro. El tratamiento dura 25 días y básicamente lo que hace es «reducir el mono», tal y como explica Noa Rey, farmacéutica y miembro de la Sociedad Española de Especialistas en Tabaquismo. «Baja las ganas de fumar y hace que una persona no se sienta mal físicamente al dejarlo», dice.

La incorporación de Recigarum a la cartera de la sanidad pública coincide con un oportuno ajuste en el precio del Todacitan, que se ha reducido un 5 % hasta los 111 euros que cuesta la caja de la competencia. A este importe hay que aplicar la reducción pertinente por receta, que varía en función de la renta, edad y grado de enfermedad, y que mínimo es un 50 %, por lo que el coste de la caja de cien comprimidos —suficiente para un ciclo de tratamiento— rondaría los 60 euros.

Los criterios de financiación son los mismos que para el Todocitan, detalla Rey, propietaria de la Farmacia Rey Torres, en el barrio ferrolano de Esteiro: solo se cubre un intento al año, una caja al año, y es necesario fumar más de diez cigarrillos al día y obtener una determinada puntuación en el test de dependencia de Fagerström. En caso de recaída, si el fumador quiere volver a intentarlo antes de que pase un año puede hacerlo asumiendo la terapia de su bolsillo. Debe, eso sí, conseguir la receta.

«Es un medicamento sujeto a prescripción —subraya la experta en tabaquismo—, pero perfectamente puede recetarlo el médico de atención primaria. Lo recomendable es que entre un intento y otro haya un espacio de dos o tres meses para que la persona esté realmente decidida a dejar de fumar, para que exista una motivación clara». ¿Suele haber recaídas? «Forman parte del proceso, son normales, pero dejar de fumar es posible —desarrolla la farmacéutica—. Los fármacos son importantes, de hecho duplican las probabilidades de ser abstinente. Una persona que recurre a ellos tiene el doble de posibilidades de éxito».

También es determinante para abandonar definitivamente el hábito la ayuda de profesionales sanitarios formados en tabaquismo. Según Rey, estas terapias, unidas al tratamiento, multiplican por tres las probabilidades de lograrlo. Hay plazas en el sistema público y hay consultas privadas, como la de la farmacia de Esteiro, donde acompañan al paciente durante todo el proceso, desde el momento en el que manifiesta el mínimo deseo de dejar los cigarros hasta que ya llevamos tiempo sin probarlos, para prevenir la recaídas.

Al quinto día, ni un pitillo

Como el Todacitan, el Recigarum se pauta durante 25 días. Hay que tomar varios comprimidos, empezando con una dosis elevada que va reduciéndose paulatinamente. Durante los cinco primeros días se puede combinar con alguna calada, no se deja de golpe, pero a partir de entonces se exige un consumo cero. El tabaco se abandona en ese punto «por las interacciones que pueda haber con el fármaco», precisa Noa Rey. La boticaria asegura que es un medicamento muy seguro, que lleva décadas comercializándose en otros países y que su única contraindicación es el tratamiento antituberculoso. «Apenas produce efectos secundarios y si aparecen son llevaderos —amplía—. Entre los más comunes están los sueños vívidos».

Insiste la experta en lo bien que funciona la citisiniclina, especialmente desde que la financia el sistema nacional de salud. «El tema económico era una barrera para el paciente, una barrera que es ficticia, porque en realidad un fumador se gasta más en tabaco de lo que invierte en el tratamiento, pero la financiación fue un gran empujón».

Raquel Fernández Megina, presidenta de la asociación Nofumadores valora favorablemente que la Seguridad Social financie un segundo fármaco para dejar de fumar pero reclama a la administración que amplíe el espectro escasos en que se financia la cesación tabáquica porque a día de hoy solo los grandes fumadores que han hecho al menos un intento previo de dejar de fumar son los posibles receptores de recibir el tratamiento financiado por el Sistema Nacional de Salud Pública.