Pepe Vieira: «Nuestro plan para Nochevieja es una alternativa al despiporre hasta las mil»

María Viñas Sanmartín
maría viñas REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

CAPOTILLO

El Camiño da Serpe ofrece alojamiento y cena sorpresa por 1.190 euros; estará lleno esta noche

31 dic 2023 . Actualizado a las 14:19 h.

Encaramado en el alto de Raxó, en Poio, el complejo Camiño da Serpe recibe al visitante con un búnker blanco de hormigón y vidrio, inspirado en las casas encaladas de los marineros. Es el restaurante del chef Xosé Cannas, Pepe Vieira, al que abrazan, ladera abajo, 14 galpones, villas individuales privadas que se asoman a la inmensidad de la ría de Pontevedra. Quienes, cansados del alboroto, quieran y puedan —no es una opción para todos los bolsillos— despedir el año desde aquí vivirán esta noche una experiencia única en un entorno como pocos. La propuesta básica incluye cena por unos 300 euros por cabeza y la más completa, también alojamiento de una noche —1.190 euros para dos personas— o de dos —1.780—. «La idea es pasar una velada muy tranquila, la alternativa al despiporre y las copas hasta las mil de la madrugada», comenta el cocinero.

Concebido como una suerte de retiro, el plan de esta Nochevieja arrancará con un breve concierto de piano que reunirá a todos los huéspedes en el acristalado y confortable salón del hotel. A continuación, la cena. «Vamos a hacer un menú especial, inédito para esa noche, una propuesta de tres platos y postre», avanza Cannas. «Consta de tres aperitivos de entrada; a continuación, un marisco; luego, un pescado; y después, una carne; y para finalizar, dos postres. Más tarde, las uvas. Solo puedo desvelar eso», dice, enigmático.

No habrá copas ni baile tras las campanadas, nada de fiesta, porque este Fin de Año está concebido como un momento de calma en un lugar tranquilo, pensado para parejas. «Vienen varias, algunas amigas, que quieren una noche reposada, disfrutar de la ría, de la naturaleza, de la gastronomía y de sus respectivos acompañantes», resume el chef. «Hay quienes han escogido las dos noches y la cena, quienes han reservado solo esta noche, y tenemos alguna mesa que ha pedido solo la cena —añade—. Estamos llenos, ahora mismo solo queda una mesa para cenar».

La función no termina ahí. «Por la mañana hay una sorpresa, que tampoco te puedo desvelar por eso mismo, porque es sorpresa», comenta entre risas Cannas. «Digamos que vamos a intentar que la gente empiece el año con algo muy, muy agradable», anota. Sus desayunos suelen consistir en cinco pases, con zumos recién elaborados, huevos poché de gallinas de Mos, frutas ácidas y crema de yogur de vaca, café, tostadas con mermeladas caseras y miel, tarta de zanahoria y bollos artesanos.

Camiño da Serpe es un impresionante hotel en pleno bosque con el prestigioso sello Relais & Châteaux en su haber. Su restaurante, Pepe Vieira, cuenta con dos estrellas Michelin y ofrece un arte culinario auténtico, racial y lleno de significado. Su cocina, bautizada como «la última del mundo», está inspirada en las raíces gallegas y en «ese surrealismo tan propio de nuestro imaginario colectivo». Rescata recetas y condimentos casi olvidados con una clara vocación de transmisión cultural, y se presenta en un espacio que somete la naturaleza, comunión de texturas naturales y materiales puros que juegan con la luz. «Todas las habitaciones tienen una ventana panorámica enorme y desde la cama se puede disfrutar de toda la vista sobre el mar», dice Cannas.

Precisamente, el menú de seis pases de este Fin de Año estará centrado en el mundo marino, y también en el huerto orgánico del Camiño da Serpe —que el huésped puede visitar si así lo desea—. Habrá también un momento para degustar la carne de la tierra, con la opción de marinar los platos con alguna de las referencias de su bodega. Pepe Vieira ofrece además recorridos por su espectacular despensa de vinos y hasta catas —de la mano de su sumiller Diana Peixoto—, hacerse con su carta, experimentar en su cocina de I+D y degustar alguna de sus creaciones en exclusiva.

«La París de Noia, gratis y sin estar apretados; es perfecto»

Lucía Boquete Chapela (Arteixo, 24 años) y sus amigos se pasan los veranos siguiendo, de pueblo en pueblo, a sus orquestas favoritas, entre las que —por supuesto— figura la París de Noia. Allí donde tocan, allí van ellos. Qué alegría cuando se enteró de que esta Nochevieja había verbena y de que, además, era en la puerta de casa. Hasta Arteixo arrastrará hoy a todos sus amigos de la provincia para echarse unas piezas, peregrinar por los bares de la zona y terminar mojando churros en chocolate caliente cuando salga el sol.

Ha reclutado a unos diez, chicos y chicas, cuenta. Cenarán cada uno por su cuenta y tras tragar, una a una, las doce uvas y «arreglarse, pero no mucho» pondrán rumbo a la plaza del Balneario, donde el concello ha instalado una carpa y, cree Boquete, algunas barras. «Si no, no pasa nada, alrededor hay locales que abrirán toda la noche y la gente irá de bar y bar», resuelve. Cree que el jaleo se alargará «hasta las cinco y media, más o menos». «Y luego seguiremos de bares», añade.

«Nos cunde mucho más porque ir a una fiesta a cualquier local o ir a pubs, porque es al aire libre, no tenemos que estar apretados en un local y no hay que pagar entrada. Es perfecto, todo son ventajas», dice.

Según el programa navideño de Arteixo, el espectáculo de la París de Noia arrancará a las doce y media y, a continuación, como broche, pincharán DJ Bermúdez y Dj Varela.

«Vamos de casa rural y esta vez, además, nos disfrazamos»

Los familiares de Hadriana Prado Lorenzo (Vigo, 23 años) siempre acaban y empiezan el año juntos, como tantos otros, pero ellos, para no tener que cargar a unos sí y a otros no con la tarea de montar el sarao en el salón, alquilan cada Nochevieja una casa rural. Van cambiando de alojamiento, acotado a Galicia, porque aunque hay primos instalados más allá de Manzaneda —algunos, rodando mundo adelante—, los emigrantes y los trotamundos son los menos y vuelven a casa por Navidad.

En total, se reúnen unos 20, entre los miembros nucleares, los cónyuges y las parejas, y los niños que van llegando y que cada año dilatan el grupo un poco más. Esta vez, además, se disfrazarán. «Un familiar viene de Navarra y allí hay tradición carnavalesca en Fin de Año», explica Prado. «Es el primer año que lo haremos, y será por familias», añade. ¿De qué se vestirá ella? «¡Es sorpresa!», dice.

El destino esta noche será As Neves, un plan que se adapta a cada miembro del clan: algunos, sobre todo los que vienen de lejos, se quedan varios días; Hadriana irá solo hoy. Suelen encargar cátering, «porque al desplazarnos es más complicado llevar cosas y cocinar allí», o, si no, cada uno lleva un plato. O un postre. O un vino. O lo que sea. «Mis primos llevan el karaoke y después de las uvas nos pasamos hasta las tantas cantando, es muy divertido. También llevamos juegos». ¿Hay temas vetados en la mesa? «No concretados, pero creo que cada uno sabe cuáles no puede tocar», ríe.

Campanadas adelantadas, una moda que llega para quedarse

Al menos diez concellos adelantarán las campanadas de Fin de Año para alargar todo lo posible la fiesta. A las ya tradicionales precampanadas de Vilagarcía de Arousa, se suman este mediodía otros municipios como Sanxenxo y Vilaboa, donde las uvas se tomarán en Figueirido, donde está la base militar. En Pontevedra, los 12 toques de campana sonarán a las 14.00 horas en el Mercado de Abastos.

Los más adelantados se dieron cita ya el viernes en la parroquia de A Pobra de San Xiao —Láncara—, la pasada medianoche en A Pastoriza y ayer, a las siete y media, en Pobra de Trives. En Meira las uvas se tomarán hoy a las 12 de la mañana; en Palas de Rei, a las cinco de la tarde; en Ames, también temprano, a las 11.00, y una hora después, en A Pobra.