Volar a 1.488 kilómetros por hora en un avión comercial: el X-59 de la NASA es un Concorde silencioso que rompe la barrera del sonido

Julio César Rivas EFE / WASHINGTON

SOCIEDAD

Lockheed Martin | EFE

La agencia estadounidense presentó su aeronave, que no presenta los problemas de ruidos que limitarían su operatividad en muchos países

13 ene 2024 . Actualizado a las 15:38 h.

Aquel sueño del Concorde, con pasajeros rompiendo la barrera del sonido y con vuelos transoceánicos de miles de kilómetros completados en muy poco tiempo vuelve a retomarseLa NASA acaba de presentar el avión experimental X-59 que no produce ese característico golpe sonoro que acompañaba a la aeronave francesa, lo que permitirá el desarrollo de aviones comerciales supersónicos que recortarán el tiempo de vuelo de forma dramática. Según explicó Pam Melroy, viceadministradora de la NASA, durante la presentación del avión en la localidad californiana de Palmdale, aviones supersónicos basados en el X-59 permitirán, por ejemplo, reducir a la mitad de tiempo la duración del trayecto entre Nueva York y Los Ángeles, que actualmente requiere seis horas y 30 minutos. El X-59 volará a una velocidad de 1.488 kilómetros por hora, alrededor de 1,4 veces la velocidad del sonido.

De esta forma, el X-59, en cuyo desarrollo también ha participado Skunk Works (la unidad de programas avanzados del fabricante aeronáutico Lockheed Martin y responsable de históricas aeronaves como los aviones espía U-2 y SR-71 Blackbird), supera el principal obstáculo al que se ha enfrentado la aviación supersónica. 

Al rebasar la velocidad del sonido, que se sitúa en alrededor de 1.235 kilómetros por hora dependiendo de las condiciones, los aviones supersónicos generan un estampido sónico que pude superar los 200 decibelios.

Las molestias que estos sonidos crean en las zonas habitadas ha hecho que muchos países hayan impuesto límites a la aviación supersónica, restringiendo de hecho su desarrollo.

La principal característica del X-59 es su prolongada nariz, mucho más larga que la que tenía el Concorde, el avión comercial supersónico desarrollado de forma conjunta por Francia y el Reino Unido (1976-2003) y que era capaz de volar a dos veces la velocidad del sonido.

Melroy explicó que la nariz del X-59 constituye la tercera parte de la longitud total del avión experimental, que mide en total 100 pies o 30,5 metros. «Este diseño es realmente clave para dispersar las ondas sonoras», dijo la viceadministradora de la NASA, que describió el ruido que causa el X-59 como «un rumor» en vez del bum habitual. La compresión de las ondas sonoras cuando el avión supera la velocidad del sonido es lo que origina el estampido sónico.

Según Melroy, el diseño especial de la nariz del X-59 y la colocación del motor en la parte superior de la aeronave con una superficie bajo la tobera permiten dispersar las ondas sonoras e impedir que se compriman, lo que evita el estampido sónico.

Otra característica del X-59 que facilita su menor huella sonora es la colocación de la cabina de pilotaje prácticamente en el centro del avión. Además los ingenieros han eliminado el parabrisas delantero de la cabina, lo que reduce aún más el impacto sonoro.

Melroy calificó la decisión de eliminar parte de la carlinga del avión como un «importante paso adelante para el avance de la tecnología de la aviación».

La eliminación de parte de la carlinga obligó a los ingenieros a desarrollar un sistema de visión de alta tecnología con cámaras y pantallas de gran resolución que «tiene el potencial de influir el futuro diseño de los aviones en aquellos casos en los que eliminar el parabrisas delantero proporciona ventajas», añadió la representante de la NASA.

Tras su presentación este viernes, el X-59 empezará a realizar una serie de vuelos de prueba. Posteriormente, la NASA y Lockheed Martin ampliarán el programa para volar el X-59 sobre zonas habitadas y recoger la respuesta de la ciudadanía al ruido generado.