Inés Hernand: «He llorado con el final de 'Sálvame', quiero ver a alguien comerse un yogur»

J. Moreno MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

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Presenta junto a Mercedes Milá el programa «No sé de qué me hablas»

22 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Conoció en un fin de semana a Mercedes Milá, con quien confirmó enseguida la profesionalidad de una de las mejores entrevistadoras de la televisión española. La cómica y presentadora Inés Hernand conduce junto a la veterana periodista No sé de qué me hablas, el programa que emite la noche de los jueves La 1 de TVE, donde se juntan dos generaciones que ven la vida de forma diferente.

—En estos meses se ha hablado mucho de su relación con RTVE.

—La salida fue porque se terminó el programa Gen Playz, que fue un final un poco enturbiado por las declaraciones que hicimos en el especial del Orgullo. Me dijeron que no se renovaba y di las gracias por los 283 programas que hicimos, que se dice pronto. Luego he estado con los Grammy para RTVE Play, vamos, que no ha habido un portazo. Yo tengo una línea editorial o una serie de cuestiones que, en un momento determinado, pueden comprometer la imparcialidad de la cadena. La autocensura no la trabajo de momento.

—¿Cómo llega a este programa con Mercedes Milá?

—A través de la productora. Hubo bastante comunicación con Mercedes desde el principio y creo que conectamos muy bien las dos. Es muy difícil que no te caiga bien la Milá.

—¿Qué recuerdos tenía de ella?

—En Gran Hermano con la chaqueta negra diciendo: «Buenas noches, vamos a hacer un experimento sociológico». Es muy fuerte, y ahora estar con ella. Nos conocimos en Menorca y fue como una jornada de fin de semana de unas juventudes católicas. Mi generación entiende la comunicación alternativa por Mercedes, a la que le daba igual romper unos moldes del establishment o decía lo que se le venía a la cabeza. Ha sido un referente.

—Las dos tenéis una personalidad contundente.

—Lo que le ocurre a Mercedes es que exige, precisamente, que tú seas tú. Y se pone hostil, porque lo que quiere es que si tú tienes carácter de mala hostia o quieres interrumpir o tienes un chiste o una ocurrencia, que fluyas con ello. Entonces, ambas hemos congeniado muy bien. Una personalidad fuerte no quiere decir que sea una personalidad impertinente o cretina. Ella es generosa y horizontal. Trata increíble desde al público hasta al último ayudante de producción y también eso nos da un aprendizaje al resto.

—En el programa visualizan fragmentos de entrevistas pasadas de Mercedes Milá.

—Han sacado lo bueno, pero aquí la gente se metía unas machistadas, unos tocamientos, unas cosas que eran de una incomodidad extrema. Mercedes ha sabido limitar muy bien y creo que también esa personalidad es la que le ha traído al día de hoy. Verla trabajar es acojonante porque es que no hay guion. Hay una estructura invisible en el programa. De verdad, hay mucha pasión por lo que hace.

—Presenta pódcast en los que hace entrevistas muy íntimas, algo parecido a lo que hacía Mercedes, ¿no?

—La televisión últimamente es un aburrimiento, por eso la gente se ha ido a los pódcast. Yo he llorado profundamente con el cierre de Sálvame. Quiero ver a alguien comiéndose un yogur, porque me parecía sencillamente entretenido.

—¿Echa de menos más pluralidad de voces en la televisión convencional?

—Lo que veo es mucho aburrimiento. No puedes dar por hecho que la gente sepa qué es la Constitución integralmente. Entonces, no es que eche de menos la pluralidad, sino que lo que echo de menos es la profundidad en ciertos aspectos. Si tú le das más profundidad y hay una posición más tecnócrata y una posición más progresista o marxista, se puede discutir. Lo que no se pueden discutir son los hechos. Si hay un genocidio en Gaza, hay un genocidio en Gaza. No puedo blanquear en plan «ay, una condecoración para Israel. Pobres, que también los han atacado». Las muertes de civiles son muertes de civiles, hay una desproporción, esto tiene unos nombres y es un crimen de lesa humanidad.