Una marea humana toma las calles de Canarias contra el turismo de masas

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SOCIEDAD

Manifestantes protestan contra el turismo en masa, este sábado, en Las Palmas de Gran Canaria.
Manifestantes protestan contra el turismo en masa, este sábado, en Las Palmas de Gran Canaria. Quique Curbelo | EFE

Miles de personas se han manifestado en las ocho islas en una movilización histórica. También hubo concentraciones en diferentes ciudades españolas y europeas

20 abr 2024 . Actualizado a las 22:11 h.

Miles de personas han salido este sábado a las calles en las ocho islas de Canarias para pedir al unísono un giro en el modelo turístico de masas y, por extensión, socioeconómico del archipiélago en una cita que evoca a las grandes movilizaciones históricas vividas en esta comunidad.

Las manifestaciones convocadas bajo el lema «Canarias tiene un límite» arrancaron a las doce en todas las islas salvo en La Palma, donde salió a las cinco, en una jornada en la que también hubo concentraciones en diferentes ciudades españolas y europeas. De hecho, los más madrugadores han sido los canarios en la capital de España, que se han reunido en la Puerta del Sol para criticar un modelo económico que «nos está expulsando de nuestra tierra». «Hoy estamos aquí porque no podemos estar allí», ha afirmado una mujer que ha leído el manifiesto.

Puntual ha sido la salida de la manifestación en Las Palmas de Gran Canaria, donde miles de personas discurrieron por el paseo de Las Canteras, y también en el resto de las islas. Mayores problemas hubo en la de Santa Cruz de Tenerife, donde se concentraron miles de personas en una abarrotada plaza de Weyler mientras continuaba el goteo constante de viajeros que descendían de tranvías y busess abarrotados.

El germen de las marchas ha sido la denuncia del agotamiento del modelo del motor económico de las islas (35 % del PIB de Canarias y cerca del 40 % del empleo) y la reclamación de una moratoria, una ecotasa y la regulación de la compra de vivienda por parte de extranjeros. Con el paso de las semanas, el debate se ha ido extendiendo hacia los altos índices de pobreza, los bajos salarios, la escalada de los precios de los alquileres o la saturación de las carreteras y de los espacios naturales