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Fórmulas para ayudar al viñedo a combatir el cambio climático

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

Martina Miser

La selección del material vegetal o el cuidado del suelo permiten a los viticultores hacer frente a la subida de temperaturas que afecta a la vid, aseguraron los expertos que participaron en las jornadas sobre sostenibilidad organizadas por Alfatec

11 mar 2024 . Actualizado a las 22:20 h.

Hace ya tiempo que el cultivo del viñedo está cambiando. Temperaturas más altas, heladas fuera de temporada o lluvias torrenciales combinadas con períodos de sequía son algunas de las inclemencias meteorológicas que el cambio climático está provocando y que están afectando a ese cultivo. Pero existen fórmulas que pueden ayudar, de forma natural, a que el viñedo sea más resistente, a que soporte mejor la escasez de agua o a que esté más preparado para combatir las plagas. Todas ellas fueron presentadas en las jornadas sobre sostenibilidad vitivinícola que la empresa Alfatec Ingeniería y Consultoría organizó en Martín Códax en colaboración con TES Asesoría Vitícola.

Cuenta Alberto Gambra, técnico de Vitis Navarra, que el viñedo actual es el resultado de sucesivos cruzamientos y mutaciones que sufrió la vid a lo largo de la historia. Esto dio lugar a una gran variabilidad genética que, sin embargo en los últimos años, está desapareciendo. «La selección clonal, las enfermedades, la expansión del cultivo o las exigencias comerciales son la causa de esta reducción», explicó. Y eso está provocando que se pierda buena parte de la riqueza que era el viñedo español. «La variabilidad genética es una herramienta para adaptarnos al cambio climático y combatir el aumento de temperaturas o la escasez hídrica», aseguró.

Vitis Navarra, vivero líder en la innovación en el viñedo, lleva años investigando y tratando de recuperar toda esa riqueza, creando su banco de germoplasma. «Es un arca de Noé donde hay un reservorio genético con diferentes fenotipos de la misma variedad que sirve para conservar esta variabilidad genética», añadió Gambra. Este proyecto, bautizado con el nombre de Basajaun, les ayuda a recopilar, conservar y caracterizar el material vegetal que van recopilando por toda España. «Elegimos una zona y sus variedades representativas. Intentamos encontrar material local, no clonal, y conseguir unas yemas, que luego multiplicamos en vivero y hacemos una selección sanitaria», explicó.

 

Martina Miser

La empresa está trabajando en varios proyectos de investigación, con el fin de encontrar material vegetal que permita combatir el cambio climático. Así, por ejemplo, están haciendo una selección de tempranillo, porque es una variedad que no lleva bien el estrés hídrico, lo que está provocando que, con el aumento de temperaturas, pierda su acidez natural. «Primero seleccionamos aquellas plantas con un ph menor y, a partir de 1.500, se han obtenido 145. Ahora nos hemos quedado con un centenar que tiene un ph inferior y buena calidad fenólica».

Vitis Navarra está también trabajando en un proyecto con Bodegas Martín Códax para adaptar las plantas de albariño a las condiciones de sequía. Para ello, «estableceremos un banco de germoplasma e identificaremos los marcadores moleculares que son responsables de esas adaptación genética», relató. La empresa comercializa actualmente su propio clon de albariño, «que destaca a nivel organoléptico, con racimos más pequeños y menos compactos, lo que ayuda a la maduración. Además, está libre de virus», aseguró. Porque sostiene que la virosis afecta en Galicia a dos terceras partes del viñedo y, aunque en parte es por culpa de la presencia de la cochinilla, insiste en la importancia de adquirir plantas certificadas cuando se va a hacer una plantación. «Necesitamos utilizar material limpio», afirmó. Al mismo tiempo, también aseguró que los portainjertos son otra de las armas que se pueden utilizar para ayudar al viñedo a combatir el cambio climático, por eso Vitis Navarra tiene también varias líneas de investigación abiertas sobre el tema.

La importancia del suelo

Otra de las armas que pueden utilizar los viticultores para luchar contra el cambio climático es el suelo. En él, «hay gran cantidad de microorganismos que ayudan a combatir las plagas y a retener el agua», aseguró Montserrat García, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Explicó que prácticas como las cubiertas vegetales son óptimas para la biodiversidad y mantener a los organismos en el suelo del viñedo, «mejorando así su estructura y la retención de agua». Y explicó que el Grupo de Bioquímica del Suelo de la Misión Biológica de Galicia lleva años participando en proyectos de investigación para ayudar a los viticultores en el manejo del suelo. «Greensoilvin, por ejemplo, busca obtener vinos sostenibles y de calidad mediante la gestión de la fertilidad», añadió. También aseguró que cada vez más bodegas se preocupan por hacer un cultivo respetuoso con el medio ambiente, porque eso ayuda a mantener vivo el suelo.

Por último, Santiago Benito, profesor titular en la Universidad Politécnica de Madrid, presentó un estudio que demuestra que la combinación de determinadas levaduras puede ayudar a la fermentación de los vinos con una acidez baja.