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El vino que se plantó en 1860

AGRICULTURA

Cedida

En el siglo XIX, Pazo de la Cuesta importó cepas de garnacha tintorera de Francia y con ellas comercializó el conocido como el Burdeos español; la bodega ha recuperado ahora ese viñedo centenario para hacer 1.400 botellas

03 abr 2024 . Actualizado a las 10:42 h.

Pazo de la Cuesta presume de ser la bodega familiar más antigua de Galicia y, ahora, quiere hacer gala también de la antigüedad del viñedo que se conserva en esta espectacular finca, ubicada en San Clodio de Ribas de Sil. Porque, según explica su actual propietario, Manuel Bellod Álvarez de Lorenzana, allí hay cepas prefiloxéricas, que fueron plantadas en 1860. Se refiere, concretamente, a unas de garnacha tintorera que en su día fueron traídas de Francia por su tatarabuelo y que ahora han sido recuperadas para elaborar con ellas uno de los vinos más especiales de la bodega. Se trata de una edición limitada de 1.400 botellas numeradas que quieren dar continuidad a la historia de este pazo y de su relación con la viticultura.

Hace ya cuatro años que los responsables de esta bodega se han sumergido en un proyecto para renovar y recuperar el viñedo histórico. Todavía se conservan microparcelas de cuatro mil y dos mil metros cuadrados, ubicadas a orillas del río Sil y plantadas con garnacha tintorera. «Es una variedad con buena resistencia al oídio, por eso muchos viticultores gallegos decidieron importarla, en su día, y construyeron sus viñedos a partir de este material biológico», explica Jesús Álvarez, director general de la bodega. Precisamente están pendientes de iniciar un proceso de investigación con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para «documentar y analizar de manera pormenorizada cada una de las cepas que han llegado hasta nuestros días», añade.

Parte de ese viñedo ha sido ya recuperado y puesto a producir. Y con él se ha elaborado uno de los vinos más especiales de esta bodega. «De todo el proyecto, recuperar este vino era una de las cosas que más ilusión me hacía. Es todo un privilegio y una gran responsabilidad», cuenta Manuel Bellod. Porque, recuerda, no es solo que su tatarabuelo trajera de Francia estas vides, es que con ellas elaboró un vino en el siglo XIX, «que se llegó a comercializar bajo la marca Château La Côte y era conocido como ‘el Burdeos español’», afirma. Por eso considera que esta nueva elaboración «es un activo para la bodega, pero, sobre todo, para el panorama vitícola gallego y español».

Con estas cepas de garnacha tintorera plantadas en pie franco y prefiloxéricas se ha elaborado una edición limitada de 1.400 botellas numeradas. Supone un paso más para seguir con el legado de Manuel Batanero de Montenegro, que fue el impulsor del relanzamiento del proyecto enológico de Pazo de la Cuesta en el siglo XIX. «Esta garnacha tintorera es la manera más bonita de conectar el pasado glorioso del pazo con la modernidad, innovación y restauración del actual proyecto», añade Bellod. Parte de esa historia se ha incluido en la botella, donde figura el escudo de armas de la fachada principal de la finca.

Esta uva no puede emplearse para elaborar un monovarietal al amparo de la denominación de origen Ribeira Sacra, por lo que el vino sale al mercado sin este sello de calidad. «Es un vino con identidad varietal, versátil, que conserva la frescura del terroir y que continúa su maduración en botella», explica Álvarez. Se vendimia a mano con selección de fruta en el viñedo y, tras la fermentación alcohólica y maloláctica, pasa una crianza de ocho meses en barricas de roble francés. «Nuestra idea es capturar la esencia de este viñedo de la manera más nítida posible. Queremos que sea un vino de guarda», concluye. Un vino que cuente la historia de esta bodega.