«La digitalización en granjas no es gasto, es invertir para ganar rentabilidad»

El sector agroalimentario representa en torno al 7 % del PIB en Galicia (un 12 % en España). Y como sector encargado de garantizar la soberanía alimentaria del país está claro que su futuro está lleno de oportunidades. Pero en un contexto de cambio climático en el que ganaderos y agricultores están comenzando a sufrir los efectos de la sequía o los cambios de ciclo en algunas producciones, esas oportunidades «pasan por invertir, no gastar, en innovación y digitalización», para hacer que esas explotaciones sobre las que se soporta el sector sean sostenibles «medioambiental, social y económicamente». Porque solo logrando la rentabilidad económica se conseguirá un relevo generacional real y que, además de producir alimentos, los agricultores y ganaderos continúen ejerciendo su gran papel de gestores del territorio en Galicia.

Ese fue el principal mensaje que lanzaron el conselleiro do Medio Rural, José González; la directora de negocio agroalimentario de Santander España, Lorena Ruiz, y el presidente de la cooperativa AIRA y vicepresidente de la Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias (Agaca) José Manuel López, durante un foro-desayuno sobre las nuevas tecnologías aplicadas al campo organizado en el Hotel Monumento San Francisco de Santiago por La Voz de Galicia, en colaboración con Banco Santander.

La reunión, a la que acudieron ganaderos, agricultores, empresas de tecnología agraria y representantes de la entidad financiera de toda Galicia, fue inaugurada por el director de La Voz de Galicia, Xosé Luís Vilela, quien aprovechó para destacar como este sector, «vital para toda a sociedade, está en plena transformación, pero tamén está ameazado por moitas crises».

La ventaja es que las nuevas tecnologías han puesto a disposición del campo un arma que no solo es capaz de sortear esas crisis, sino que también puede ayudar a superar hándicaps como la falta de relevo generacional o la escasez de mano de obra. Esa herramienta es precisamente la innovación tecnológica. La instalación de robots de ordeño en las granjas —en Galicia hay unos 600— es un ejemplo. Pero hay mucho más. Porque como apuntó el director comercial de Empresas de la sede territorial del Santander, Avelino Carballo, durante la clausura del foro, buena parte de los préstamos agro que se han concedido en Galicia fueron para mejorar la productividad y para I+D+i.

Y para que nadie pierda ese tren, tanto desde la Consellería de Medio Rural como desde el Banco Santander o la asociación de cooperativas tendieron la mano a las explotaciones para acompañarlas en esta nueva revolución digital.

Para empezarla es fundamental, como dijo José González, que las granjas dispongan de base territorial (algo en lo que la Xunta lleva trabajando tiempo a través de las distintas herramientas de que dispone la Lei de Recuperación de Terra Agraria de Galicia) y también la profesionalización del sector. Por eso, destacó la confección de estrategias para el sector lácteo, cárnico, vinícola o de huerta promovidas desde su departamento para que las explotaciones trabajen en base a una planificación.

Contar con eso es un gran paso. Pero también, como señaló Lorena Ruiz, el ganadero o el agricultor ha de entender que la digitalización «no es un gasto, es invertir para ganar en rentabilidad» y justo en este momento «hay muchas oportunidades para invertir y para incentivar que cada vez más jóvenes vengan al campo». Y no quiso pasar por alto la nueva línea de ayudas de la Xunta para que personas de entre 40 y 55 años puedan incorporarse al campo.

Los robots no solo ordeñan

Las cooperativas tampoco son ajenas a esta realidad. Desde Agaca, como apuntó José Manuel López, «estamos desenvolvendo novos proxectos de innovación para dar mellor servizo aos socios. O que queremos é que os datos que se xeran nas explotacións sexan cribados polos técnicos de campo e que iso despois se poña ao servizo dos socios para axudarlles a mellorar a xestión da explotación».

Y puso como ejemplo un proyecto de investigación que busca mejorar la productividad del ganado utilizando los datos que recogen los robots de ordeño. Porque esta tecnología no solo ahorra trabajadores o tiempo al dueño de la explotación, también es una fuente de información fundamental para los ganaderos.

Una plataforma digital para compartir información y ganar competitividad

Saber qué alternativas de financiación o subvenciones públicas existen es un primer paso para que los agricultores y ganaderos puedan sumarse a la revolución digital. Porque como recordó la directora de negocio agroalimentario de Santander España, Lorena Ruiz, hay muchas líneas de apoyos para poder invertir. Desde los PDR a los Next Generation, «pero han de ser conocedores de esas ayudas». Fue entonces cuando aprovechó para invitar al público a coger el móvil para entrar en www.avanis.es. «Es una nueva plataforma digital integral lanzada por el banco hace dos meses para dar soluciones al sector agroalimentario para que gane competitividad», dijo. ¿Cómo? Con información.

La plataforma, como explicó Lorena Ruiz, está dividida en tres áreas. La primera pretende formar una comunidad en la que los usuarios puedan compartir experiencias, buenas o malas; hacer preguntas; dar recomendaciones, poner avisos.... La segunda es una especie de market place, donde los proveedores pueden poner sus ofertas o información de contacto, además de ofrecer soluciones financieras para el sector. La tercera es un área con información meteorológica, mapas, cotización de lonjas o estado de los mercados para ayudar a los agricultores y ganaderos a planificar sus labores. También habrá vídeos de expertos del sector agroalimentario. «Lo que queremos —añadió Lorena Ruíz— es que sea el punto de encuentro de la comunidad agroalimentaria en toda España».

«Este cambio é irreversible. Hai que velo en positivo e adaptarse»

La revolución digital en el campo no será fácil. Es, como apuntó José Manuel López, «un cambio lento» por varias razones. «A infraestrutura da rede —dijo— aínda non é bastante boa como para usala en tódolos lugares, non hai bastante calidade de internet, pero chegará». Y después, añadió, está «a brecha da idade porque hai titulares de explotacións aos que lles custa moito adaptarse ás novas tecnoloxías». Aunque ahí el conselleiro José González matizó que la adaptación no es a veces cuestión de edad, «porque hai xente nova que tampouco quere adaptarse».

En lo que coincidieron todos, también Lorena Ruiz, es que, como resaltó el vicepresidente de Agaca, «este cambio é irreversible. Hai que velo positivo e adaptarse».

Cambios normativos

De hecho, muchos de los cambios normativos que implica la aplicación de la nueva política agraria común (PAC) serían mucho más complicados de no echar mano de esta digitalización. «Son moitas normas para desenvolver en moi pouco tempo», dice López, que pone como ejemplo el libro de explotación.

Pero basta poner un pie en el campo para comprobar todo lo que los ganaderos y agricultores están haciendo. José González contó cómo un productor pudo salvar la vida a una de sus vacas gracias a que tenía un collar de geolocalización: «Viu no teléfono que o animal levaba tempo sen moverse e era que estaba enganchado e a punto de morrer». Y luego están los cercados virtuales o las tecnologías que permiten certificar la trazabilidad de los productos.

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