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Toquemos a rebato y defendamos la cadena mar-industria

Pablo Fernández Asensio ASESOR PESQUERO

SOMOS MAR

Imagen de archivo de un oceanógrafo midiendo un marrajo en el puerto de Vigo
Imagen de archivo de un oceanógrafo midiendo un marrajo en el puerto de Vigo Chelonia

08 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Parece que está de moda en los asuntos relacionados con la cadena mar-industria lo de «tirar para delante», como si fuese un eslogan tanto de la UE como del Gobierno.

Por ejemplo, con la tintorera, caella, quenlla o tiburón azul (Prionace glauca). Apoyando plenamente las aportaciones de los representantes del sector, conviene recordar que la ICCAT (Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico) la identifica en una guía, igual que la Consellería do Mar en un manual del 2004, y seguro que hay más. Información más que suficiente para que no se confunda con otros tiburones en peligro y, por tanto, ese motivo no se puede aceptar para incluirla en el Apéndice II de CITES, como propone Panamá. Por su buena situación desde el punto de vista biológico o medioambiental, debería preocupar que la Comisión Europea y algún Estado miembro parezcan dispuestos a apoyar la propuesta. 

Y en relación con la protección de los tiburones, el hostigamiento de Greenpeace a dos barcos gallegos de palangre de superficie en el Atlántico norte debería catalogarse de «piratería». La UE y la ICCAT quizá deberían introducir al Arctic Sunrise, el buque de esa oenegé, en la lista de buques de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR). 

Veto a las artes de fondo

Por otra parte, a Charlina Vitcheva, directora de Asuntos Marítimos y Pesca de la UE, empeñada en vetar todas las artes de pesca que toquen el fondo en 87 áreas de España, Portugal, Francia e Irlanda, le pregunto si también van a prohibir en esas zonas cables o tendidos submarinos, minería, plataformas petrolíferas, de gas, oleoductos o eólica marina. Se lo pregunto porque nada he escuchado o leído sobre esas actividades, que también tocan el fondo. Si se aplica a unas industrias y a otras no, hablaríamos de agravios comparativos o de sectores de Primera o Champions y otros de Segunda o Tercera.

Para la pesca, rechazo ese despropósito porque carece de informes socio-económicos o de lo que puede suceder al tener que desplazarse la flota a otras zonas donde ya trabajaban otros buques.

Espacios para la eólica marina

También es actualidad la eólica marina. Aún no disponiendo de la cartografía de las zonas propuestas ni de los impactos socioeconómicos que la reserva de espacios puede tener para la pesca, la directora general de la Costa del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico comenta que en Galicia se suprimirán las zonas prioritarias y se mantendrán las altamente potenciales, aunque reducidas en su tamaño y orientación.

Otro tirar para delante, que incumple normas nacionales e incluso el Acuerdo de París al comprometer la producción de alimentos, además de no evaluar como pueden afectar las vibraciones y ruidos a la pesca en campañas como la del bonito o la de la anchoa, o el impacto sobre el desove de la caballa, merluza o sardina.

Con la Política Pesquera Común siempre se nos aplica el principio de precaución, sobre todo para no incrementar los TAC y cuotas. Con la eólica marina deberían hacer lo mismo.

Creo que ha llegado el momento de que se escuche al sector. No queda otra que este aviso a navegantes. Tiremos para delante, toquemos a rebato y defendamos los intereses de la cadena mar-industria.