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La centolla que escasea en Galicia es «una plaga» en Normandía

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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Centolla
Centolla CARMELA QUEIJEIRO

Es considerada una especie invasora que devora lo que realmente les interesa, la langosta

26 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Al sinfín de ejemplos de que lo que resulta placentero para unos puede desagradar a otros cabría añadirle las centollas y los centollos. Mientras en Galicia triunfan entre pescadores y consumidores, hasta el punto de que para muchos es el rey de los mariscos porque reúne sabores y texturas de varios, en la región francesa de Normandía los pescadores lo ven como una plaga, una especie invasora que devora lo que realmente les interesa, la langosta. Mientras las centollas en Galicia escasean hasta el punto de que, en lo que va de campaña, las ventas han bajado un tercio respecto a las dos anteriores, en Normandía, la franja sur del Canal de la Mancha, proliferan hasta haberse convertido en todo un incordio, tanto que las autoridades permiten ahuyentarlas.

A este crustáceo de nombre científico Maja brachydactyla lo llaman en Francia «araignée de mer». Pasado el ecuador de diciembre, Le Marin, medio de comunicación de ese país, se hacía eco de que la proliferación de centollas obstaculizaba la pesca de langosta en Normandía o Jersey, afectando también a cultivos de ostras o mejillones. Añadía que los pescadores estaban a la espera de una investigación del Ifremer, el Instituto Nacional de Ciencias Oceánicas de Francia, «que podría permitir clasificar como dañino» a este crustáceo.

Un tercio menos en Galicia

Como «la especie invasora sigue perjudicando a los pescadores», añadía Le Marin, buscaban «soluciones para venderla mejor o transformarla». Por ejemplo, como sus vecinos de Saint-Malo, ya en la Bretaña, «que consiguen vender los crustáceos». Pero en Normandía «tenemos dificultades para venderla, exportarla, no existe un verdadero sector para comercializarla», declaraba un pescador normando al citado medio de comunicación francés.

Justo lo contrario que en Galicia, donde las centollas cuentan con un mercado consolidado y canales estables de comercialización porque son apreciadas y valoradas, igual que en buena parte de España. Sin embargo, desde que a principios de noviembre comenzó la actual campaña hasta este 23 de febrero, las ventas en las lonjas gallegas revelan que escasea respecto a temporadas anteriores. Quizás esta fluctuación se deba, como dice la Consellería do Mar, al «particular comportamento reprodutivo» y a las cambiantes condiciones ambientales del medio marino.

El kilo roza los 12 euros en lonja

Sea cuál sea la causa, las estadísticas oficiales de PescadeGalicia indican que en los últimos cuatro meses se han vendido unos 389.000 kilos, casi un tercio menos que entre noviembre y finales de febrero de las dos campañas anteriores. Como hay demanda, al reducirse la oferta ha subido el precio, situado en esta campaña en las lonjas en 11,65 euros el kilo, sin tasas ni impuestos.

A los pescadores las centollas se las están pagando considerablemente mejor: 2,49 euros por kilo más que en la campaña del 2022/23 y 2,92 más que en la del 2021/22, lo que representa un 27 y un 33 %. Compensa parcialmente la relativa escasez y la facturación de casi 4,4 millones de euros es un 16 % y un 12 % inferior a las dos anteriores.

Al menos hasta ahora, la actual temporada de este marisco no es la peor de las últimas diez. Se vendieron menos kilos que en esta en cinco, con el mínimo de 193.570 kilos en las del 2014/15 y el máximo de 560.620 en las del 2021/22. Por la facturación, la de esta es la cuarta mejor de las diez, entre las que sobresale la del 2022/23, con casi 5,1 millones de euros entre noviembre y febrero. Y el precio medio por kilo en lonja está entre los más altos, confirmando que la demanda provoca subidas cuando abunda menos. El techo desde el 2014 se registró en el 2016/17, con un promedio de 13,19 euros el kilo.