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Así pintan a los pescadores desde Bruselas

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

María Pedreda

Un estudio encargado por la Comisión describe 12 perfiles de profesionales del mar como punto de partida para aventurar cómo serán los del futuro: a ver cuántos se reconocen en estos retratos

22 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Para examinar el papel de los pescadores en la sociedad hasta el 2050, a la Comisión Europea se le ocurrió «analizar las esperanzas, los temores y las expectativas» de la menguante población que intenta vivir del mar en los Veintisiete. Cada año son menos porque —reprochan desde el sector— Bruselas cuida más al medio ambiente que a estos proveedores de alimentos esenciales, aunque ya solo aporten tres de cada diez pescados que consumen los europeos. Tras recopilar información en los 22 Estados costeros de la UE, la consultora internacional a la que le contrató el estudio ha creado 12 perfiles, el punto de partida para explorar cómo podrían ser los extractores de productos marinos dentro de 26 años. A ver cuántos se reconocen tal y como los pinta en retratos que describen a las mariscadoras gallegas como «el orgulloso pescador de a pie», a los que apuestan por el sector comprando barcos de menos de 15 metros de eslora como «innovador 2.0» o a los inmigrantes como «itinerantes».

Para otoño anuncia los resultados finales Tetra Tech, consultora que lidera un estudio en el que participan como socios Poseidón Aquatic e Ipsos. Hasta el 30 de este abril aún es posible aportar comentarios a perfiles que todavía no son definitivos y han sido elaborados a partir de unas 200 entrevistas con profesionales del sector y de aportaciones de organismos comunitarios y nacionales, de investigadores y de entidades vinculadas a los pescadores.

LA ORGULLOSA DE A PIE

Mariscadoras con «ingresos modestos». Mujeres de 40 años que recolectan mariscos a tiempo parcial en Galicia durante las bajamares, obteniendo «ingresos modestos y estacionales, pero siempre son un extra bienvenido». Pese a la dureza del trabajo, los autores del estudio dicen que les «encanta la aventura y esos momentos al aire libre» con sus compañeras. Asociadas en agrupaciones, las cofradías «ahora las toman en serio y les dan voz en la gestión de los moluscos». Las describen como profesionales «preocupadas por los recursos, que siguen cuidadosamente las cuotas y los tamaños máximos y saben que todos los miembros de su grupo también lo hacen».

 EL DESILUSIONADO

«Pescando toda su vida». A bordo de barcos de menos de 12, estos hombres de entre 50 y 60 años pescan con anzuelo en el Mediterráneo, el mar Negro o el Báltico. De este perfil apuntan que se han estado «pescando toda su vida, disfrutándolo y acumulando conocimientos, pero sin saber nada más». Ahora intentan «llegar a fin de mes, envejecer», mientras el respeto que se han ganado en sus comunidades no evitan que «se sientan atrapados y cada más amargados porque no pueden transmitir sus conocimientos a los jóvenes».

 EL CORPORATIVO

Armadores cuyo «principal objetivo es la rentabilidad». De unos 50 años, «propietarios y gestores de una flota de arrastreros pelágicos de gran escala y/o aguas distantes que operan en aguas de la UE y fuera», no van al mar y «la rentabilidad es su principal objetivo y preocupación». Aunque la pesca «le ha sido útil», ahora perciben «mucha más incertidumbre en el sector». Combustibles y costes de explotación «ejercen una fuerte presión sobre la viabilidad de su empresa» y los problemas de personal «son un gran dolor de cabeza». «Sabe que es un actor poderoso» porque desde las asociaciones «puede influir en las instancias superiores en la toma de decisiones». Aunque «comprometido a cumplir las regulaciones, sospecha que algunos de los patrones que trabajan para él las incumplen debido a su deseo de maximizar las ganancias», apuntan los autores del informe.

 EL INNOVADOR 2.0

«Cuida de su personal». En este perfil encuadra el estudio a hombres de unos 40 años, «con formación vocacional específica en pesca», propietarios de barcos de menos de 15 metros «que apoyan a los pescadores y a la comunidad, cambiando la imagen de la profesión». Destacan que «cuidan de su personal» y, aunque la rentabilidad es importante, «también lo son el equilibrio ecológico y la sostenibilidad». Apuesta por la pesca costera artesanal y «también sigue de cerca la evolución de la energía eólica en alta mar para garantizar que no comprometa sus caladeros».

 EL DEVOTO

«De bajura, generacional, familiar». Con una edad media de 50 años, propietarios de barcos de entre 10 y 12 metros, «normalmente el marido y los hijos trabajan en el mar, y la esposa y las hijas se ocupan de las ventas y la administración», apunta el estudio. Añade que faenan con redes fijas y de deriva y para ellos la pesca «no es solo su profesión, sino una forma de vida».

LA ROMPEDORA

«Mujeres que pescan en barcos». «Su padre, y más tarde su marido, la inspiraron» para hacerse a la mar y pescar en barcos de entre 10 y 12 metros, «en igualdad de condiciones» con su esposo. De unos 35 años de edad, al contrario que sus predecesores, «se aleja de la pesca industrial y se acerca a una más sostenible y en equilibrio con el ecosistema», por lo cual emplea solo artes pasivas para capturar peces demersales o mariscos.

 EL OPTIMISTA

«El estilo de vida que querían». En el Atlántico, el canal de la Mancha y el mar del Norte sitúan los autores del estudio a estos pescadores de unos 23 años de edad, recién llegados, universitarios graduados en Biología Marina que han comprado barcos de menos de 12 metros de eslora, equipándolos con «tecnología moderna y los artes de pesca que desean». Definiéndolos como emprendedores, destacan que «se sienten completamente realizados» porque han comprobado que el mar «les da el estilo de vida más libre que querían y valoran».

 EL PERIFÉRICO

«Puede preocuparle» la eólica marina. Viven en regiones ultraperiféricas de la UE, en el Atlántico «o incluso más lejos, en el océano Índico o en el Caribe» y faenan en barcos de menos de 12 metros, habitualmente en la costa, pero «a veces se alejan mar adentro en busca de pequeños pelágicos, aunque sabe que es arriesgado». En este perfil exponen que en aguas atlánticas «puede preocuparles que su espacio de pesca se reduzca debido a los proyectos de turbinas eólicas marinas y áreas marinas protegidas de las que oído hablar», y «sus principales preocupaciones son el gran número de buques asiáticos».

 EL DEL PÉNDULO

«Se siente impotente». Ronda los 40 años, en verano pesca con redes a bordo de barcos «viejos» de menos de 12 metros y en invierno, cuando el Báltico se congela, lanza redes desde tierra o cañas y, si tiene tierras, se dedica a la agricultura. «Hoy se siente impotente y se concentra en mantener a flote su pequeño negocio pesquero». Según los autores del perfil, tras ver a colegas «quebrar en los últimos años o abandonar» aprovechando las subvenciones al desguace de barcos, «también podría verse tentado, pero considera que la oferta es insuficiente para dejar el trabajo con dignidad».

 EL ADAPTATIVO

Pesca-turismo para «compensar el déficit de capturas». Alrededor de 40 años tienen de media estos pescadores «a tiempo parcial» del Atlántico, el Mediterráneo, el mar Negro o el Adriático. «Como no sabe mucho más que pescar» con redes o anzuelos en barcos de pequeña eslora, mostrarles a los turistas cómo es su trabajo se ha convertido en una fuente complementaria de ingresos que aprovecha para «compensar el déficit de capturas». Según los autores del informe, «al principio se mostró reacio, por miedo a perder su identidad y su respeto a sí mismo como pescador», pero ahora «ha renovado su dignidad» como profesional al «obtener el reconocimiento y aprecio» de los turistas y de sus convecinos, además de abrirle «nuevas oportunidades de empleo para su esposa», que coopera con él en la actividad de pesca-turismo.

 EL ITINERANTE

Inmigrantes enrolados «por los salarios». Procedentes de África o del sudeste asiático, estos pescadores con edades comprendidas entre 20 y 30 años trabajan como tripulantes en barcos de todos los segmentos de la flota, desde la bajura a la gran altura. «Su prioridad son los salarios, no si su barco cumple con las normas de pesca», apunta el estudio. «Admiten que las condiciones de trabajo son duras», pero se han acostumbrado porque el dinero que cobran y envían a sus familias.

 EL OPORTUNISTA

«Solo una forma de ganar algo de dinero». Jóvenes con una edad media de entre 25 y 30 años, «sin formación ni arraigo en la pesca», después de intentar encontrar trabajos de cualquier tipo se ha enrolado en pesqueros al ver que «muchos tenían dificultades para encontrar tripulantes». Los retratan como personas «desesperadas por ganar algo de dinero para mantenerse como puedan». En el retrato de este perfil de los pescadores apuntan que pese a «su falta de compromiso con la pesca», se dedican a ella como «una forma de ganar algo de dinero, aunque los salarios no son muy altos y dependen» de las capturas.

Si bien todos estos perfiles «describen las principales características de los pescadores actuales, están en consulta y no son productos finales», precisan los autores del informe.