El Espejo Negro trae al Pazo «Óscar, el niño dormido»

AROUSA

cedida

Este espectáculo teatral que cuenta la historia de un niño en coma obtuvo el premio FETEN 2016 de gran formato

19 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Definición de coma según El Espejo Negro: «Estado en el que uno se queda profundamente dormido y no tiene cosquillas, ni hambre ni frío, y ni ganas de rascarse el ombligo». Esta es la historia de Óscar, un niño que quedó sumergido en un largo y profundo sueño. Un dormir comatoso que lo llevó a estar ensoñando nueve meses, con todos sus días y noches, semanas y meses, minutos y horas sin poder moverse.

La compañía El Espejo Negro representa hoy, a las 18.30 horas, en el auditorio del Pazo da Cultura, esta obra por la obtuvo el premio FETEN 2016 al mejor espectáculo de gran formato. Óscar, el niño dorrmido es una pieza donde la magia escénica, hábilmente mezclada con la manipulación de marionetas, proyecciones y un potente trabajo actoral acompañado de una brillante banda sonora, transportará a los espectadores al universo recreado por el inconsciente de Óscar durante su sueño.

Más cosas para hoy

Quienes se pasen por el Salón do Libro este domingo también podrán disfrutar del taller de investigación en busca de Escaquis, uno de los personajes del cuento de esta edición. Si lo prefieren podrán asistir a la proyección de El Principito, a cargo de Cineclub Pontevedra , o asistir al cuentacuentos de Celso Fernández Sanmartín sobre la memoria.

As luces da miña cidade es otra actividad que tiene como finalidad aproximar a los niños a la sostenibilidad energética. Para ello, Ceo Aberto construirá una ciudad con plastilina conductiva.

Todo esto pasará por la mañana en el Salón. Y por la tarde, más teatro, más cuentacuentos, más cine y más talleres. La compañía El Retrete de Dorian Grey pondrá en escena la obra Ne me quite pass, la historia de una gran cantante, que nace ante los espectadores «como por arte de flop!». Charo Pita relatará otras historia de diversidad sin barreras, cuentos donde la ceguera, andar en una silla de ruedas o la vejez no son un obstáculo, sino que forman parte de la vida cotidiana y se integran de forma natural en un mundo en el que todo es posible.