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Del coche eléctrico al patinete eléctrico

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto REDACCIÓN / LA VOZ

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El Peugeot 3008 apuesta por la movilidad urbana con la protección medioambiental y la reducción de la contaminación como objetivos

17 oct 2016 . Actualizado a las 21:00 h.

Bajamos a nuestro garaje, desenchufamos el coche eléctrico, conducimos hasta la ciudad sin ruido ni emisiones contaminantes y, al llegar, sacamos un patinete eléctrico del maletero para movernos con la misma filosofía ecológica por la urbe. Esta escena, que hace pocos años pensaríamos que está sacada de una película de ciencia ficción o sobre un futuro lejano, es ya presente. Peugeot incluye en los equipamientos más altos de su SUV 3008 un patinete plegable que puede recorrer un máximo de 12 kilómetros a velocidades de hasta 25 kilómetros por hora.

El e-Kick pesa 8,5 kilos, se pliega y se monta de forma sencilla en apenas unos segundos y dispone de una batería de litio de larga duración y freno motor. Ha sido desarrollado en colaboración con la compañía Micro, especializada en la fabricación de patinetes de altas prestaciones. El Peugeot 3008 tendrá una especie de dockstation en el maletero, un sistema que permite guardar el dispositivo y, a la vez, recargarlo mientras se conduce el coche.

Según el constructor de automóviles francés, las cada vez más acentuadas restricciones existentes en las zonas céntricas de las grandes urbes, concienciadas con la sostenibilidad energética, le ha llevado a idear este sistema, con la protección medioambiental y la reducción de la contaminación como objetivos. La marca del león aspira a situarse así a la vanguardia de una nueva corriente, la «movilidad intermodal».

Primer Mini enchufable

La marca de origen británico Mini, englobada en el grupo BMW, ha presentado su primer modelo híbrido. A primera vista, es difícil distinguir que se trata de un vehículo plug-in, ya que el enchufe para la carga de la batería de alto voltaje se ha integrado con discreción en las molduras para los intermitentes laterales. En el puesto de conducción, los únicos cambios son que el botón Start/Stop del centro del salpicadero brilla en color amarillo en lugar de rojo; y el cuentarrevoluciones del cuadro de instrumentos, en la columna de dirección, se ha sustituido por una pantalla que muestra la potencia.

«Con este modelo queremos impresionar a cualquiera que ya haya experimentado un vehículo híbrido con la sensación de conducir un kart única de Mini», explicó Sebastian Mackensen, director de la marca. El coche mantiene bastidor, suspensión y reglajes, y el centro de gravedad se ha rebajado y el peso se ha repartido en la misma proporción entre el eje delantero y el trasero para potenciar la agilidad. Se podrá circular en modo exclusivamente eléctrico hasta a 120 kilómetros por hora.