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Nokia 3310

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OCIO@

02 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Era el ladrillo, el teléfono indestructible, y todavía se puede comprar de saldo en las tiendas de segunda mano y portales tipo Wallapop. Un compañero de profesión me ofrecía el suyo por 300 euros en el Mobile World Congress. El nuevo Nokia 3310 ha sido una de las sensaciones de la feria que hoy cierra sus puertas, tiene cosas buenas como el precio, la autonomía, lo delgado y ligero que es y la posibilidad de retirarle la carcasa y cambiarle la batería. Sin embargo, puede ser una ocasión perdida, porque a estas alturas presentar un móvil que solo puede conectarse a redes 2G parece un chiste. La lista de cosas que no puede hacer es interminable: no puede utilizar WhatsApp, ni ninguna aplicación de Android, no tiene wifi, no puede reproducir vídeos, no ofrece GPS y probablemente tampoco se pueda caer al suelo, porque no parece tan sólido como la antigua versión. Tiene, eso sí, el mítico juego de la serpiente, pero estamos en el 2017 y el entretenimiento no dura más allá de la primera manzana.