El usuario podrá hacer desaparecer el envío de su teléfono y del terminal del receptor
28 mar 2017 . Actualizado a las 07:58 h.Dos minutos. Ese es el tiempo que tendrán los usuarios de WhatsApp para rectificar los mensajes escritos y poder eliminarlos tanto del chat de quien los escribe como del de aquel que los recibe. Después de 120 segundos, ya sea por arrepentimiento o por error en el envío, no habrá marcha atrás.
La nueva utilidad de la aplicación de mensajería está todavía en fase de prueba interna, pero, según publicó ayer la cuenta de Twitter WABetainfo, sus responsables trabajan en limitar el tiempo en que se pueden borrar los mensajes a dos minutos, reduciendo así lo contemplado en las versiones iniciales del proyecto, en las que se preveía con un margen de 29 minutos.
Aún así, al receptor le quedará constancia de que el remitente ha borrado algo, aunque no podrá ver de qué se trata.
La aplicación propiedad de Facebook también trabaja en un sistema para avisar a los contactos de un usuario cuando este cambie de número de teléfono, lo que ya ha desatado un debate en torno a la privacidad en Internet. Esto podría perjudicar a aquellas personas que no desean que determinados contactos tenga su nuevo número, como por ejemplo víctimas de bullying y acoso.
La red de mensajería instantánea introduce constantemente cambios y mejoras en el funcionamiento de su sistema que no siempre son bien acogidos por los usuarios. Uno de los últimos fue el realizado hace un mes en sus «estados» para permitir a los usuarios compartir momentos de su día a día con amigos y familiares a través de fotos, vídeos y GIFs. La mala acogida que tuvo esta modificación, que para muchos recordaba a las opciones ofrecidas por Snapchat, hizo que la compañía anunciase en los últimos días que con la nueva actualización volverá a los estados de texto clásicos, aunque manteniendo como opción la posibilidad de añadir historias complementarias.
Recientemente también ha introducido la opción de reproducir vídeos sin esperar a que se descarguen y ha cambiado el bocadillo donde se alojan los contactos.