Ojo, que provoco

Tamara Montero
Tamara Montero CUATRO VERDADES

TELEVISIÓN

23 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Estoy loquísima. Ayer estuve en casa y solo tuve encendida la luz de la habitación en la que estaba. Voy por la vida sin silbato en el bolso y además, no corro las cortinas, el buzón tiene mi nombre de pila y entro en el ascensor sin mirar con quién. Y alguna vez me he ido yo sola a casa a las seis de la madrugada. Ojito conmigo. Que provoco. Provoco muchísimo. Porque los señores de Interior, en su web, tienen colgadas estas (y otras igual de enormes) recomendaciones para evitar violaciones que de verdad, de verdad de la buena, sí son una provocación. En mí provocan unas ganas de vomitar que difícilmente puedo controlar. Y lo que provocan sobre todo es mucha indignación, que si Twitter echa humo, no vean el incendio forestal que llevo yo en la cabeza. Porque lo que dejan ver es que, amigas, si nos violan es porque somos unas provocadoras que no cambian de itinerario a diario, no se esconden, no tienen miedo y lo más provocador de todo, algo que no se puede ni entender: que queremos vivir con normalidad. ¡Dios mío, qué provocación! Que al lado de esto, que un señor alcalde diga que a ver qué es eso de andar de madrugada por ahí solas, que nos puede pasar algo, y que somos mucho de arrancarnos la ropa en los ascensores y salir corriendo haciendo que nos quieren violar, no es provocación. Es una vergüenza. Y no malinterpreto nada.