Que Pilar no sufra más

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas MIRA Y VERÁS

TELEVISIÓN

27 sep 2016 . Actualizado a las 08:32 h.

Que el trabajo es una tortura está demostrado, pero que nos juguemos la vida en él es un reto a prueba solo de valientes. A la altura de artistas de cuerda floja como Philippe Petit, capaces de las mayores proezas. De esas que nos espantan al tiempo que nos interesan. Fijar la mirada en el riesgo es una audacia muy de Pablo Motos, que ha encontrado un filón imbatible para la audiencia ávida de adrenalina. Él se ha convertido en un auténtico funambulista de la televisión, en el Philippe Petit de la pequeña pantalla, con un show marcado por un ritmo no apto para cardíacos. Pero lo que no sabíamos los espectadores con el corazón sano es que realmente íbamos a necesitar también un desfibrilador cuando vemos su programa. Los retos que le impone cada semana a Pilar Rubio han subido a tal nivel de tensión que el público sufre desmedidamente con esa pobre mujer. Es verdad que no se le mueve ni un ápice de la pestaña, que el maquillaje se le queda intacto, pero su sacrificio empieza a dar tanto pavor como rechazo. No sé en qué momento el padecimiento ajeno, minutado por un cronómetro y equilibrado en la falta de experiencia, nos empezó a hacer gracia como fórmula de entretenimiento. Con la ilusión que nos hacían los trucos de magia o las heroicidades de los escapistas más ejercitados.

Pero nos hemos vuelto así de intrépidos, también como público, y parece que nada nos satisface. Si no no se entiende que Pablo deje a Pilar -y de paso a nosotros- sin respiración, a punto de convulsionar. Si alguien se suma a la causa, desde aquí pido, por favor, que Pilar no sufra más.